Relevo generacional en Europa

Es raro, pero es como si alguien hubiera llamado al orden a la Merkel y al sentido común a la aristocracia política europea. Como si una voz les hubiera recordado que ya tienen bastantes problemas dentro de casa, y a las puertas, como para ponerse a hacerle la puñeta aún más a los padres, al menos desde el punto de vista etimológico, del concepto democracia.

Hace unos días veíamos como los prebostes de la dirigencia europea le iban diciendo a los griegos que se mesurasen bien las barbas, no fuera a ser que se les acabase el chiringuito del euro. Pero las amenazas han durado lo que una partida de liquidez en las escaleras del Banco Central Europeo, es decir, un amén jesús. Y en este festival de no me toques las syrizas que me conozco, sorprende por extremadamente cauta y hasta con sentido común la reacción de nuestro avejentado Mariano, que ha venido a decir que ni Tsipras ni Tsipros. Que los griegos voten, y que en el euro seguirán.

Creo poco en el sentido común de unos tipos que viven permanentemente alejados de la realidad. Pero aún creo menos en el cambio de parecer por generación espontánea. Por tanto, solo me cabe atribuir a un agente externo este giro de timón; y no es el primero en los últimos tiempos que nos permite vislumbrar que lo mismo hay un relevo de timonel. Hay cierto hartazgo de austericidio alemán. Quizá alguien entre bambalinas prepara no ya un relevo político, sino generacional. Estemos atentos.

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