Amores que matan

Como dice el gran Joaquín Sabina “el amor cuando no muere mata”, que se lo digan a los siguientes protagonistas. El amor, como todo, en su justa medida. Pero siempre hay excepciones que confirman la regla, es el caso de los siguientes “enamorados como locos” literalmente.

Comenzamos con la actriz y cantante Hilary Duff. Un fan ruso de 18 años obsesionado con ella, amenazó con irse al otro barrio si la popular rubia no le dedicaba un rato de su tiempo. Más tarde, una investigación descubrió que el fan había planeado el asesinato de Hilary, lo que le condujo a permanecer cuatro meses en prisión.

Uno de los casos que más asusta es el de la cantante islandesa Björk. Un alocadísimo fan, Ricardo López, le mandaba vídeos en los que se autoproclamaba su ángel de la muerte. En una ocasión, le envió un libro diseñado para arrojar ácido al abrirse. En su último vídeo, que todavía danza por Internet, aparece el fan rapándose y pintándose de rojo para más tarde suicidarse.

Volvemos a las rubias. Madonna lleva años y años levantando pasiones…algunas equivocadas como la de Robert Dewey Hoskins, estaba tan profundamente enamorado de ella, que un día decidió entrar en casa de la Reina del Pop con la intención de, literalmente: “Si ella no se casa conmigo, le cortaré la garganta de oreja a oreja”, según declaró ante el juez que le sentenció a diez años de prisión.

El referente de los amores que matan, es el caso de John Lennon. El ocho de diciembre del año 80, fue asesinado por Mark David Chapman en la entrada del edificio de su casa. Cinco disparos de los que se declaró culpable y fue condenado a cadena perpetua.

La guapa Tyra Banks desgraciadamente también aparece aquí. Brady Green de 39 años, fue acusado de contactar en repetidas ocasiones con el show de la modelo, además de mandarle cartas y flores en las que escribía. “Cuando te veo, te amo”, aunque añadía amenazas de cortarle la garganta a su asistente.

La actriz y directora de cine Jodie Foster tampoco se libra. John Warnock, un estadounidense que intentó asesinar a Ronald Reagan, entonces presidente de Estados Unidos, con la única intención de impresionar a Foster. El presidente casi muere, aunque fue salvado gracias a la cirugía. Se le declaró no culpable por motivos psicológicos, y ha permanecido bajo supervisión médica en un centro psiquiátrico desde entonces.

En España tampoco nos quedamos cortos, aunque no es tan grave las cosas como son. La reina de las mañanas, Ana Rosa Quintana, sufrió hace años la locura de un admirador. La presentadora, narraba en su programa que un hombre le dijo que pensaba que todos los gestos que realizaba iban dirigidos a él.

Sara Casasnovas, la actriz de “Amar es para siempre”, tuvo un buen susto en 2009. Un seguidor de la joven actriz, le escribía cartas declarándole su amor eterno, tras una actuación en el Teatro Reina Victoria, le esperó a la salida y le exigió a la actriz que contestara a sus cartas, a continuación sacó una ballesta con la que trató de herirla en la cara. Fue condenado a ocho años de prisión.

Un caso más reciente es el del periodista Paco González. Lorena Gallego estaba obsesionada con él e intentó matar a la mujer e hija del periodista. Al parecer, en un principio contrató  unos sicarios búlgaros para que hicieran el trabajo sucio, sin embargo por falta de recursos económicos decidió acabar ella misma con la vida de ambas, pero gracias a la resistencia de las víctimas y la ayuda de los allí presentes no logró su objetivo.

Qué bien se vive en el anonimato…

Odina Sanz Barnola