Asalto al Planeta

Es curioso, y creo que nunca dejará de sorprenderme y entristecerme a partes iguales, que a quienes han dejado su huella como empresarios vayan a presentarle sus respetos los prohombres de Estado, y que además sean noticia por eso, robando protagonismo al finado que poca objeción puede oponer.

A mi juicio es una apropiación indebida en toda regla. Por más que acumulara poder, dinero e influencia, por nada del mundo querría que a mis primeras horas en frío se llegaran hasta los pies de mi féretro aquellos que nunca creyeron en mi industria, que le subieron el IVA a la cultura, y que no dudaron en mangonear en los medios de comunicación, la herramienta más codiciada, y también la más preciada, de esa libertad de expresión que dicen proteger.

Cuentan algunas leyendas urbanas que a Lara le presionaron hasta la saciedad para que finiquitara a algunos presentadores estrella por rojos, y que Lara les dijo que sería por encima de su cadáver. Me juego el cuello a que algunos pelotas oficiales que han visitado el cadáver a su vez están violando ya su memoria, pensando en cómo quitarse de encima aquellos a los que Lara protegió, independientemente de su fe en la libertad de expresión y en la pluralidad, porque eran y son un factor de negocio. Audiencia, publicidad, business. Eso es lo que hace un empresario, aunque algunos botarates con cargo vean en los empresarios solo una oportunidad para las triquiñuelas pseudomafiosas.