Bosch, el ‘aliado’ de Volkswagen que alertó de su ilegalidad

El proveedor del software Bosch y los empleados de la propia compañía avisaron al fabricante de coches alemán del fraude de las emisiones hace años

Bosch, el proveedor del software fraudulento que utilizó Volkswagen para saltarse los controles de emisiones, también ha sido otro de los golpeados por el escándalo de la compañía. Tras conocer quiénes eran los encargados de «facilitar el trabajo» al fabricante de coches alemán, Bosch ha dejado de pasar desapercibido para ser el foco de todas las miradas y los medios de comunicación.

Sin embargo, parece que toda responsabilidad sigue en manos de la multinacional alemana, ya que, pese a que el proveedor reconoció fabricar el software fraudulento, asegura que lo hizo «según las especificaciones de Volkswagen». De hecho, Bosch ha explicado que su sistema de inyección de combustible estaba previsto «solo para llevar a cabo pruebas y no para el funcionamiento normal del automóvil».

Así lo detalló al grupo automovilístico en una carta que envió en 2007, en la que ya advertía contra el posible uso ilegal de la tecnología de software que habían suministrado, según recogió ayer el periódico alemán Bild am Sonntag.

Pero estos no fueron los únicos, pues tal y como asegura el diario Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung, en 2011 el grupo también fue advertido por uno de sus ingenieros sobre las prácticas ilegales que se estaban llevando a cabo en las pruebas de emisiones.

A este respecto, Volkswagen ha preferido mantener silencio, limitándose a afirmar que existe una «investigación seria en marcha» y que el foco se centra ahora «en las soluciones técnicas para clientes y distribuidores».

La industria automovilística, más regulada que nunca

Como consecuencia del escándalo, la Agencia de Protección Medioambiental de EE.UU (EPA) se ha visto obligada a endurecer los test que miden los gases contaminantes en los vehículos.

Así, a través de una carta a los fabricantes de automóviles, la EPA ha anunciado que las inspecciones se ampliarán tanto a motores diésel como a los de gasolina, pudiendo exigir pruebas adicionales «a cualquier vehículo».

Dichas pruebas se realizarían de manera adicional a los test de Datos de Emisiones de los Vehículos (EDV) y a los de Datos de Economía de Combustible (FEDV) y estarán orientadas no solo a las emisiones de óxido de nitrógeno relacionados con el smog y la lluvia ácida, sino también al dióxido de carbono y al gas de efecto invernadero que emiten los motores diésel y de gasolina.

Asun Infante