Cada dos trabajadores sustentan la pensión de un jubilado en España

El IEB recomienda llevar a cabo un fondo de inversión para hacer frente a la futura jubilación

La pirámide poblacional ha cambiado desde hace una serie de años atrás. Mientras que por la década de los 70 había un elevado número de población activa y pocas personas en edad de jubilación, en la actualidad se ha dado la vuelta a la tortilla de forma que hay una importante cantidad de jubilados cuya prestación está sostenida por pocos trabajadores, exactamente poco más de dos cotizantes sustentan la pensión de cada jubilado en nuestro país.

A este problema hay que sumarle la reducción que ha sufrido en los últimos tres años el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, dificultando el mantenimiento del actual sistema de pensiones, y que España cuenta con una de las tasas de sustitución media de la pensión pública más altas (el 73,9 por ciento) de la OCDE, según el estudio “Nueva hoja de ruta para el ahorro: Retos y Propuestas” elaborado por el Instituto de Estudios Bursátiles (IEB). Es decir, que si el último sueldo de un trabajador antes de jubilarse fue de 1.000 euros, recibirá el 73,9 por ciento de dicha cantidad una vez se convierta en una persona que no está en edad de laborar. La cifra contrasta fuertemente con la del resto de países de la OCDE (40,6 por ciento), haciendo que la situación sea más insostenible.

Los habitantes de estos otros países son conocedores de la fuerte reducción que se lleva a cabo en su prestación una vez terminen de trabajar, por eso comienzan a ahorrar desde edades muy tempranas para poder vivir esa etapa con una economía lo suficientemente holgada, recurriendo incluso a contratar planes de pensiones. España no tiene esa costumbre porque el ahorrador de nuestro país, además de contar con una pequeña reducción en la prestación por jubilación, tiene un horizonte temporal del ahorro a corto plazo, es decir, que no se plantean guardar un porcentaje de dinero cada mes para hacer frente a situaciones en un futuro lejano.

El cortoplacismo en la inversión y el predominio de depósitos y activos inmobiliarios son las principales trabas en la rentabilidad del ahorro de los españoles, por ello Miguel Ángel Bernal, coordinador del Departamento de Investigación de IEB, recomienda invertir en fondos de inversión, especialmente en aquellos multiactivos. Es “una de las mejores formas de incrementar los retornos y, a la vez, controlar el riesgo”, manifiesta.

“Dado el alto nivel de endeudamiento del país, los cambios en la pirámide demográfica y las dificultades en el mercado laboral, no hay más opción que la de reforzar el ahorro privado”, insiste Bernal. Esto supondría que “los individuos tendrán que asumir el control de su propio destino y empezar a planificar con una visión de largo plazo”.

¿Cómo hacerlo?

La forma de llevarlo a cabo es fácil, hay que empezar por planificarlo lo antes posible, tener en cuenta la capacidad de generación de rentas, contar con la ayuda de un planificador financiero y exigir la mayor información y transparencia.

Lo fundamental para no fracasar o perder todo el dinero es diversificar la inversión, es decir, utilizar una variedad de activos, mercados y zonas geográficas. “Los inversores deben realizar y ajustar dinámicamente su cartera, reducir los activos de riesgo con el transcurso del tiempo, realizar aportaciones periódicas y considerar el impacto de la inflación”, explica Sergio Míguez, director del Programa Directivo CAIA del IEB.