Carolina Herrera desfila en NY

Carolina Herrera subió a la pasarela una serie de vestidos que evocaban un onírico jardín botánico con prendas románticas y sensuales.

Tras la polémica suscitada por la colección Crucero 2020, en la que el Gobierno mexicano vio una apropiación de la cultura de los pueblos indígenas, el diseñador creativo de la firma Wes Gordon prefirió apostar por una colección floral con apuntes bucólicos.

La pasarela, que reunió esta mañana a celebridades como Vanessa Hudgens o Karlie Kloss, se celebró en un jardín del sur de Manhattan, dentro de un diáfano invernadero en el que las modelos parecían hadas recién llegadas de un bosque, especialmente cuando lucían delicados «looks» primaverales en colores suaves.

Gordon continuó el legado de la veterana modista recurriendo a la sobriedad de su icónica camisa blanca, que propuso con un acabado rígido y combinada con faldas largas o exagerados pantalones «palazzo», algunos de ellos con estampados coloridos de aire impresionista.

Eso sí, el creativo reinterpretó la clásica camisa añadiéndole mucho volumen en las mangas a la altura del hombro y formando una silueta redonda que fue común a otras piezas de la colección, como chaquetas cortas tipo bolero y abrigos largos.

La paleta de colores de Herrera abarcó los neutros, en blanco, negro y rosa empolvado, con algunos modelos en rosa fucsia, amarillo limón o verde lima, mientras que abundaron los estampados florales, los puntos «polka», las rayas sobre fondo azul y los cuadros.

Destacaron un vestido azul claro de manga corta y caída recta hasta los pies, recubierto de apliques de flores azules y verdes, y otro amarillo con escote palabra de honor en forma de corazón adornado también con flores de pétalos transparentes.