CEOE defiende la supresión de las cláusulas de garantía salarial

La patronal plantea una subida de hasta el 0,9 por ciento sujeta al ritmo de crecimiento sectorial

Juan Rosell, presidente de la patronal de los empresarios, CEOE, ha arrojado esta mañana algo de luz sobre la historia de un pacto que no termina de llegar. Las cláusulas de salvaguarda o garantía salarial (aquellas que permiten negociar al alza los salarios cuando se produzca una subida de precios superior a la prevista) se han convertido en la principal causa belis del desacuerdo entre patronal y sindicatos. Durante la rueda de prensa Rosell ha reiterado en varias ocasiones que «no podemos en el siglo XXI permitir las cláusulas de garantía salarial».

La inflación negativa con la que cerró 2014 y con la que se ha iniciado 2015 ha sido el argumento «ventaja» que el presidente de CEOE ha empleado para establecer una de las «líneas rojas» que la patronal no está dispuesta a cruzar, ya que si sumamos la liquidez generada por la caída de los precios a una subida salarial «más importante que la del 0,57 de este año, nos vamos  una ganancia de poder adquisitivo del dos por ciento». Crecimiento que Juan Rosell no ha dudado en calificar de «razonable», especialmente «si lo comparamos con el crecimiento de las pensiones y de los salarios de los funcionarios».

No obstante, y ante el peligro que no se llegase un acuerdo con los sindicatos, la patronal recurriría a un mecanismo bisagra como el que se formuló para el Acuerdo para la Negociación Colectiva (AENC) 2012 – 2014, es decir, vincularla a crecimientos económicos casi inalcanzables «vamos a ver cómo planteamos la cláusula de salvaguarda para que desde el punto de vista práctico prácticamente no afecten», ha explicado Rosell.

En cuanto al pacto de los salarios, que ya se presume en ciernes, todo apunta a la continuidad. La patronal ha planteado una prórroga de los acuerdos adoptados en el AENC 2012 – 2014 con un crecimiento de las nóminas de «hasta el 0,8 – 0,9 para 2015 y de hasta el 1,2 – 1,3 para 2016», y cuyas cláusulas de revisión quedarían sujetas a los ritmos de crecimiento de los sectores y subsectores. Lo que no ha terminado de quedar claro es si el PIB (Producto Interior Bruto) continuará siendo la vara de medir a la que se vinculara la subida salarial ya que para el Rosell es un sistema «tremendamente complicado» en el que quedan muchas lagunas.

Contención para la competitividad

Desde CEOE, coinciden con la afirmación que el pasado lunes realizaba el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, respecto a los efectos de la contención salarial. España ha recuperado competitividad pero «no estamos para grandes fiestas» ha afirmado Juan Rosell.

De hecho sólo el 35 por ciento de las empresas arrojan beneficios y el 75 por ciento de ellas aún marcan bases imponibles negativas. Es por ello por lo que se necesita continuar con una política restrictiva que beneficie especialmente a las pymes. «La pequeña y mediana empresa es la primera que se limita a la hora de entrar en el banquete y la última que se limita a la hora de salir del banquete», ha afirmado el presidente de Cepyme (Confederación Española de Pequeños y Medianos Empresarios) Antonio Garamendi, quien también ha participado en la rueda de prensa, y ha insistido en mantener una política de contención salarial que permita mejorar la competitividad de las pymes.