CEOE reconoce que no ha habido unanimidad en el pacto salarial

El preacuerdo se limita a ser un paraguas de recomendaciones no vinculantes 

«Recomendaciones». Ese es resultado de más de año y medio de negociaciones entre patronal y sindicatos, que esta misma tarde ratificaban el presidente de la patronal de los empresarios CEOE, Juan Rosell y su homólogo de Cepyme, Antonio Garamendi. Un desenlace al que se ha llegado por responsabilidad, que no por consenso, y así lo ha reconocido, en rueda de prensa, el propio Rosell «no estamos todos de acuerdo».

El presidente de la patronal ha desmentido que la división que se vive en el seno de la patronal, y a la que ya ha apuntado algún medio de comunicación, tenga que ver con las concesiones en la subida acordada de «hasta» el 1 por ciento para 2.015 o lo que es lo mismo entre 1 y 2 décimas superior a la propuesta presentada inicialmente por CEOE. De hecho Rosell ha llegado, incluso, a negar que existiesen «líneas rojas» que no estaban dispuestos a cruzar   -expresión que el pasado día 4 de marzo empleó para justificar la falta de acuerdo con sindicatos- . Sin embargo, pocos minutos después, ha reconocido que «donde ha habido más problemas ha sido en el  1,5 por ciento de 2.016».

Desavenencias aparte, lo que queda claro es que el preacuerdo de «máximos y mínimos», que podría ser mejorado durante su redacción técnica, se quedará en meras «recomendaciones» y todo por dar cumplimiento al objetivo de defender el estatus de competitividad actual de las pequeñas y medianas empresas que instaron al propio Rosell a «que ni se os ocurra subir los salarios». Algo que, a juzgar por su expresión, ha satisfecho y mucho a Antonio Garamendi, quien además de reiterar en varias ocasiones que éste «es un acuerdo paraguas en el que no hay cláusulas sino recomendaciones» ha insistido en que el acuerdo permite «negociar desde menos infinito hasta el 1 y 1,5 por ciento».

Ultractividad

Otra de las cuestiones para las que se prevé continuidad pero que todavía quedan al albur de la redacción definitiva es la relativa a la ultractividad -que permite que un Convenio Colectivo que haya sido denunciado se aplique automáticamente, más allá de la vigencia prevista en su propio texto- en este sentido Garamendi ha explicado que «no supone ningún problema y no está en la agenda».

Tampoco quedan claras las obligaciones, sugerencias o premisas que se establecerán para la creación de empleo, especialmente en materia de contratación de jóvenes «aún quedan algunos puntos por concretar», han afirmado fuentes conocedoras de la negociación.

Con respecto a las supuestas presiones que se habrían producido por parte del Gobierno, Rosell ha vuelto a negar la mayor «hoy no hemos hablado». Por otra parte, y en relación a las declaraciones realizadas por Álvaro Nadal, director de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno y secretario de Economía del Partido Popular, que se ha mostrado en contra de ligar la subida a la inflación, el empresario ha sido más que rotundo «el gobierno que opine lo que quiera, somos mayorcitos e independientes y es nuestra responsabilidad. Sólo faltaría.»

En este punto Rosell ha aprovechado para lanzar un mensaje al Gobierno, al que le ha pedido que cumpla lo que «se nos promete pero no se hace». El presidente de CEOE se refería a la  rebajar de un punto en las cotizaciones sociales y que según ha explicado se estructuraría recuperando los excedentes por exceso de cotización que obran en manos de las Mutuas.

Pymes en moderación salarial

La trampa del «hasta» flexibiliza las negociaciones y deja la pelota en el tejado de las negociaciones sectoriales donde se establecerán las condiciones particulares de cada uno de los 6.000 convenios pendientes de negociación. En el caso de las pymes todo apunta a que la revisión no alcanzará el máximo previsto, «la pyme se va a mantener en la moderación salarial porque cualquier deslizamiento nos puede llevar a perder la competitividad».

En esta cuestión tanto Garamendi como Rosell han insistido en que «la recuperación no es completa y todavía hay cosas que enmendar»  y que «el 60 por ciento de las empresas españolas están en pérdidas y el 65 por ciento en compensación de pérdidas». Ambos presidentes también han querido destacar el significado de un acuerdo «muy importante en clave de país, sosiego y cohesión social» y han rechazado la teoría del oportunismo electoral «una cosa son las empresas y otra los electores».