De Guindos adelanta una EPA con 450.000 nuevos empleos

  • Se alcanzarán los 18,5 millones de ocupados 
  • España debe poner en marcha políticas activas para mejorar la temporalidad

Progresa adecuadamente. En plena época de calificaciones ésta es la que se puede aplicar al mercado laboral español. Más aún si tenemos en cuenta los 18,5 millones de ocupados con los que, según el ministro de Economía y Competitividad en funciones, Luis De Guindos, cerrará la EPA (Encuesta de Población Activa) del segundo trimestre del año.

Así, el primer semestre «va a ser mejor que los últimos en términos desestacionalizados», ha afirmado De Guindos durante el Ágora de ElEconomista, apuntando que se crearán entre 400.000 y 450.000 nuevos puestos de trabajo.

No obstante y pese a la buena evolución, en cifras, esto no es suficiente y quedan deberes por hacer. Concretamente en el ámbito de las políticas activas para el empleo, «el grueso de la reforma está hecho, pero tenemos pendiente solucionar cuestiones como la temporalidad o la mejora de las cotizaciones», insistía.

El crecimiento se mantendrá sólo con un gobierno «sensato y estable. No estamos fuera de la zona de peligro»

En este sentido la EPA del primer trimestre arrojo un crecimiento de la contratación temporal del 10,11% mientras que el avance de los indefinidos fue de tan sólo el 1,80%. Si atendemos a los datos de Seguridad Social en lo que llevamos de año la tendencia tampoco apunta maneras. De los 1.748.449 de nuevos contratos que se firmaron hasta el mes de mayo algo más del 90% incorporaron la coletilla «con fecha de termino».

En materia salarial y dejando claro que «el Gobierno no es nadie para decidir subir o no los salarios», De Guindos ha ensalzado las «ganancias de competitividad estructural» que han permitido las políticas de moderación salarial, insistiendo en que los salarios crecen a un ritmo superior del 1% bajo un entorno de inflación negativa, lo que se traduce en una «mejor capacidad adquisitiva» de los ciudadanos.

Más competitivos

El sector exterior ha copado parte del discurso, más aún en un día en el que se conocían los resultados del Informe de Comercio Exterior de los primeros cuatro meses del año. En términos interanuales las exportaciones han crecido un 6,3% alcanzando los 22.244 millones de euros y la inversión extranjera crece a un ritmo del 7%. Cifras que llevan a concluir que 2016 será «el cuarto año consecutivo con superávit en el balanza de pagos», ha explicado De Guindos, quien ha apostillado que «también se hubiera producido sin el efecto petróleo».

Respecto a la economía española el titular de Economía se ha mostrado seguro. El PIB de España seguirá creciendo a una velocidad del 0,7% trimestral siempre y cuando se mantenga un gobierno «sensato, estable y se mantenga la política económica correcta. No estamos fuera de la zona de peligro».

Así no ha dudado en atacar frontalmente al populismo del que ha dicho que «genera ideas falsas sobre las posibilidades de la política económica. Las recetas mágicas no existen en la zona euro». Grecia, con recortes del 3% del PIB, subidas impositivas y ajustes en las pensiones, es prueba de ello.

Estancamiento secular  

La situación de la economía mundial es otro de los factores que puede poner en jaque la economía española. El contexto de desaceleración de la economía mundial viene marcado, en opinión de De Guindos por la pérdida de influencia política y monetaria de la Unión Europea en la que «estamos tocando los límites» así como por el excesivo «endeudamiento de la economía mundial con un estancamiento secular de la productividad».

Superar esta situación depende de que se avance en las reformas puestas en marcha durante los últimos años, entre ellas la integración bancaria lo que reforzaría la posición de competitividad de la zona euro en los mercados y mejoraría la confianza de los inversores en la región.

Tampoco hoy ha querido dar cifras concretas en relación a cuánto supondría para el déficit y las exportaciones la posible salida de Reino Unido de la eurozona. No obstante De Guindos se ha mostrado convencido de que «las encuestas se equivocan y no va salir. Es un sinsentido» pero que de llevarse a efecto el Brexit «se produciría un efecto permanente en la renta y prosperidad de los británicos, dando alas al populismo en Europa».