Débil recuperación… neuronal

A lo mejor Christine Lagarde cree que alumbra a alguien cuando notifica que la recuperación económica es más débil de lo necesario, y que nos espera un largo periodo de estancamiento. A mí, que llevo leyendo al respecto desde el año 2008, desde luego no me pilla con el pie cambiado.

Tengo grabado casi a fuego, por motivos varios, la evolución de los términos de moda en cada una de las etapas de esta gran estafa llamada crisis: “desaceleración del crecimiento”, en 2009; “brotes verdes”, en 2010; “prima de riesgo”, en 2011; “préstamo flexible”, en 2012; “desapalancamiento”, en 2013; y a lo largo de 2014 ese concepto de “débil recuperación” que lo que muestra es que lo único débil que hay aquí son las neuronas de quienes han ido poniendo de moda todos los términos de los años anteriores, todo con tal de no reconocer una cosa: su estulticia innata, cuando no su complicidad con esta inútil sangría.

Sus artífices son los mismos que niegan a la sociedad articulada en lo digital el papel de nuevo agente económico y social; los mismos que se agarran firmes a sus poltronas porque saben que sus días de gloria, como los del César, están contados; los mismos que creyeron que estirar la cuerda no tendría como consecuencia estirar la pata, y se ven ya con un pie en la tumba de la Historia. En definitiva, los mismos que no leyeron, o que cuando algunos nos contaban lo que pasaría hoy, años después del crack, camuflaban la realidad con su neolengua de parásito.

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