Durao Barroso cree que los analistas agoreros sobre el euro deberían disculparse

A José Manuel Durao Barroso, el presidente de la CE no le ha temblado la voz al echar la culpa del abismo en el que se encontraba la UE durante la crisis de deuda. Ha dicho que un contagio de la situación en la que se encontraba España e Italia podría haber puesto en peligro una continuación del proyecto europeo, de hecho, ha hecho alusión a la tardanza y la poca ambición de algunos gobiernos de los Estados miembro a la hora de tomar decisiones que sacaran a sus países de la crisis.

Ha dicho Durao Barroso que no solamente fueron un problema para Europa aquellos Estados que habían sido rescatados, como Irlanda, Grecia o Portugal, sino también otros que estuvieron al borde del desastre con los consiguientes resultados negativos en los países de los 28. «Con esta crisis financiera estuvimos cerca del desastre» ha apostillado el presidente comunitario. De hecho, ha revelado Barroso, que Italia estuvo en el punto de mira, se quiso ponerla la lupa del FMI para seguir todos sus pasos.

La crisis llegó a España, pero solo a los bancos
Ha señalado al país italiano, pero no ha dejado de lado sus impresiones sobre nuestro país. España ha sufrido la crisis de manera brutal, pero solamente llegó el abismo al sector bancario. Ha habido algunas voces del sector de la banca que se han levantado de la silla al ser acusados de ser los causantes de la crisis financiera española. El problema, han dicho, ha sido de las cajas y no de los bancos, los cuales insisten en decir que a ellos no se les ha dado dinero público, a las cajas sí.

Ante las malas previsiones de los economistas de todo el mundo, cuando parecía que el euro iba a terminar fuera de juego, Barroso ha dicho que la «crisis alrededor del euro está solucionada» y que ahora son ellos, los analistas, los que deberían disculparse por sus análisis agoreros. Cree Barroso que el gobierno de los 28 tomó las medidas anticrisis necesarias en cada momento, aunque ha dicho que algunas medidas fueron más lentas porque los Estados no se ponían de acuerdo en algunas cosas.