Pese a la crisis económica que ha vivido nuestro país en los últimos años, tres de cada cuatro billetes que circulan por España son de 500 euros, más del doble que en la Eurozona (30 por ciento). Este porcentaje se ha triplicado desde que entrase en 2002 la moneda única europea, pues apenas representaba el 25,1 por ciento del total, según los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha).

La situación ha ido avanzando y entre 2005 y 2007, en plena burbuja inmobiliaria, llegaron a suponer en nuestro país un cuarto del total de los que se movían por toda la zona euro. Una vez que explotó, su circulación fue menguando poco a poco hasta suponer el 11,1 por ciento de los billetes grandes del conjunto de los países de la Eurozona.

Sin embargo, la circulación de los billetes de 50 euros durante estos años ha registrado el mayor aumento, casi un 59 por ciento, al ser los más expedidos por los cajeros automáticos.

Instrumento del fraude fiscal

Estos billetes han ganado peso durante la crisis porque la acumulación de billetes grandes ha disminuido durante la crisis, pero a un menor ritmo que respecto al resto de uso cotidiano motivado, principalmente, por el aumento de la economía sumergida. Y es que esta es una de las razones por las que el BCE se había planteado su eliminación de los mercados, ya que se consideran un instrumento masivo del fraude fiscal. A ello cabe añadir la débil actividad económica y del consumo en España durante la crisis.