El impacto real de la subida del SMI no se conocerá hasta el verano de 2020, según el Banco de España

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, explicó hoy que la evaluación del impacto real de la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) a 900 euros no se conocerá hasta el verano de 2020, al carecer hasta esa fecha de los datos necesarios para su cálculo.

Así lo indicó durante las jornadas anuales que la Asociación de Periodistas de Información Económica (Apie) organiza en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) con el patrocinio de BBVA, donde refirió que cuando se disponga de los cálculos “se publicarán con total transparencia” como suele hacer el organismo.

Hernández de Cos se pronunció así al ser cuestionado sobre la polémica suscitada después de que la secretaria de Estado de Empleo, Yolanda Valdeolivas, exigiese al Banco de España rectificar y asumir “su error” por augurar impactos negativos en el empleo por efecto de la subida del 22,3% en el SMI cuando el empleo continúa creciendo.

El gobernador del Banco de España minimizó las quejas asegurando que en sus 20 años en la institución el organismo siempre ha analizado cuestiones políticas y económicas, y “siempre han existido discrepancias” que son “absolutamente normales” y seguirá existiendo. Apuntó que es “uno de los síntomas de independencia de la institución”, que continuará cumpliendo su mandato con “total autonomía e independencia”.

Hernández de Cos detalló que el organismo hizo las proyecciones tomando de base el efecto que sobre el empleo tuvo otra subida en el SMI en el año 2017 de menor cuantía, donde sí afectó a algún colectivo como los jóvenes, pero quiso zanjar el debate rehusando elucubrar ahora.

“Hoy estamos en una situación en la que no estamos en condiciones de decir si ha tenido efecto o no lo ha tenido (…) se volverá a hacer un análisis cuando se tengan los datos que son los que permiten hacer esa evaluación”, refirió y si no confirman sus pronóstico, los publicarán igualmente “con total transparencia”.

No quiso, por otro lado, entrar a valorar cómo ve que entidades como el Santander y Caixabank pacten ajustes de plantillas con prejubilaciones a partir de los 55 años cuando el Banco de España aboga por ampliar la edad de jubilación como fórmula para garantizar su sostenibilidad, al ser decisiones particulares que cada empresa adopta en función de sus estrategias y números.

Sí reconoció, en términos generales, que quizá habría que analizar por qué en el sector bancario y otros sectores se producen jubilaciones anticipadas cuando “todos tenemos la sensación de que una de las posibilidades para afrontar el reto demográfico sería seguir aumentando la edad de jubilación” por si es un problema de salarios, de déficit de formación continua con el empleado o responde a otros factores.