El Parlamento dice ‘NO y NO’ a Pedro Sánchez

El secretario general del PSOE se convierte en protagonista de la primera investidura fallida de la historia de la Democracia

Una vez que todos los políticos, de todos los colores, signos e ideologías han escuchado los abucheos de los ciudadanos hartos de un ‘vodevil’ del que ya se conocía el final, empezaba a sonar la música el los pasillos de la Cámara Baja. Daba comienzo el tercer y último acto, por el momento.

Dicen las paredes parlantes del Congreso que lo que quería era que «su nombre figurase en los libros de historia». Lo ha conseguido, pero no precisamente por lo que ansiaba, sino por protagonizar la primera investidura fallida desde que en España se instauró la Democracia.

Los 350 diputados han vuelto a decir NO a la candidatura de Pedro Sánchez a la Presidencia del Gobierno de la XI Legislatura. El resultado final llegaba a las 20:51 de la tarde, 131 ‘síes’ y 219 ‘noes’. El voto a favor de Coalición Canaria -que el pasado martes se abstuvo- no ha bastado para llegar a la mayoría simple que necesitaba el líder del PSOE para ser investido.

Pocos minutos después de levantar la sesión, Patxi López, el Presidente de la Mesa del Congreso, llamaba por teléfono a SAR Su Majestad el Rey Don Felipe VI para comunicarle el resultado de la votación, algo que volverá a hacer el próximo lunes presencialmente, en una reunión convocada para las 13:00.

España entra ahora en un periodo de incertidumbre que se alargará un mínimo de dos meses en los que los distintos grupos políticos continuarán negociando con el objetivo de encontrar los apoyos suficientes que les permitan formar Gobierno. De quedar vacío el sillón de la Presidencia, los ciudadanos deberán pasar de nuevo por las urnas el próximo mes de junio algo que, a tenor de lo que han expuesto todos y cada uno de los portavoces parlamentarios sería «la peor» de las soluciones para el país.

Más de lo mismo

Por lo que respecta a los diez minutos que cada uno de los portavoces han tenido antes de votar para defender sus posiciones e intentar rascar algún que otro voto, más de lo mismo aunque con tonos más radicalizados. Los discursos no han aportado nada nuevo aparte de lo que ya sabíamos.

El primero en subirse a la Tribuna de Oradores ha sido un Pedro Sánchez, que volvía a acusar a Mariano Rajoy de deslealtad por la «sorprendente huida de sus responsabilidades institucionales» que habría llevado a España a «un período de incertidumbre y de bloqueo».

Sánchez ha vuelto a insistir en su propuesta de «gobierno del bien común»  con el que pretende, luchar contra las desigualdades de las «contrarreformas» del Partido Popular. Sin pasar del puro titular, el líder del Partido Socialista se ha comprometido a reducir la tasa de paro a la mitad, recuperar el diálogo social y desarrollar una política medioambientalmente sostenible. Así ha vuelto a reiterar que impondrá un tributo a las grandes fortunas, aumentará el salario mínimo interporfesional, e instaurará el ingreso mínimo vital. En definitiva «blindar los derechos sociales».

En materia fiscal se ha comprometido, de nuevo, a renegociar con Bruselas los compromisos de déficit y buscar a partir de la organización federal del Estado y de la Reforma de la Constitución un nuevo modelo de financiación autonómica.

Medidas todas ellas que parten del diálogo y del acuerdo con Ciudadanos y que demuestran que «130 diputados y diputadas que han entendido una misma filosofía política: la de crear un territorio para compartir ideas comunes, sin aceptar ninguna exigencia».

Tampoco ha faltado la mención a Cataluña «España plantea también la imperiosa necesidad de abordar los problemas de convivencia», ha dicho.

Rajoy, firme

Tras él se ha subido a la Tribuna el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy. En su discurso ha llegado incluso a tachar de «corrupción» el hecho de que Sánchez haya «puesto las instituciones al servicio de su supervivencia».

Rajoy con tono firme y una contundencia aún mayor que la del pasado martes, ha afirmado que su NO se debe a que «lo procedente en este momento sería perseverar en las reformas que traen crecimiento y empleo y no liquidarlas por el sólo hecho de que se hayan aprobado a iniciativa del Partido Popular.

Ante el riesgo de que España empiece a mostrar debilidad de cara a los mercados internacionales debido a la situación de bloqueo político ha advertido que se «necesita un gobierno fuerte, con apoyos suficientes. Estable previsible y coherente».

Además ha criticado con dureza que se quiera derrocar al PP a costa de todo «como no hay una mayoría de izquierdas, señores de Podemos, súmense a mí  (en referencia a Sánchez) y al Sr. Rivera, porque cualquiera de nuestras peores ideas, siempre será mejor que un gobierno del PP. Toma democracia, Sr Sánchez, eso tiene un nombre y es muy feo: sectarismo».

El «acuerdo del beso»

En cuanto a la crónica rosa sobre lo acontecido en el Congreso el pasado miércoles y que han consumido gran parte de los minutos de la intervención de Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, poco que decir. Más allá de ésto, el líder de la formación morada ha vuelto a negar su voto a Sánchez al que ha afeado su incapacidad de formar un gobierno de progreso y rendir pleitesía ante las aspiraciones de Ciudadanos y de las empresas del Ibex 35.

Iglesias ha terminado su intervención abriendo la puerta a retomar las negociaciones con el objetivo de llegar a lo que puede ser recordado como «el acuerdo del beso».

Por su parte Albert Rivera, ha insistido en la «oportunidad de oro» que se ha perdido para «rehacer el proyecto de España» y continuar en la senda del progreso. El líder de Ciudadanos ha acusado al Presidente del Gobierno en funciones de no haberse leído el acuerdo alcanzado entre su grupo y los socialistas y de haber puesto «en jaque el papel constitucional del Rey».

Lamentándose de que «van a votar junto a Podemos y los independentistas», Rivera ha vuelto a apelar al diálogo, la sensatez y el sentido común «dejen de destruir y empiecen a construir».

Humildad y generosidad

En cuanto al resto de grupos y con excepción de la diputada de Coalición Canaria todos han coincidido en la falta de consistencia de las propuestas socialistas y en la necesidad de en los próximos meses avanzar hacia el diálogo. Algunos como es el caso del portavoz de PNV, han apuntado a que con la investidura fallida Sánchez había arrancado la campaña electoral. Desde UPN le han pedido «humildad y generosidad» y desde Foro Asturias se ha criticado que haya acudido para «hacer el paripé», sin argumentos sólidos y bajo la bandera de un slogan «Rajoy no».

Alberto Garzón, portavoz y cabeza de lista por Izquierda Unida por su parte, le ha pedido que «no use nuestra historia (la de España) para justificar sus acuerdos».

En cuanto a los grupos catalanes, Francesc Homs (CDC) ha apuntado a que el principal desacuerdo entre PSOE y Podemos es precisamente Cataluña «si no estuviera el tema catalán de por medio, hoy habría Gobierno». Gabriel Rufián de ERC, en un tono pausado, ha pedido que «hagan el favor de ser demócratas y dejar de llamar crisis de convivencia a su derrota. Crisis de convivencia es la que va a tener el PSOE a partir de hoy».