El presidente de Extremadura defiende que el Estado legisle en Sanidad y Educación

Guillermo Fernández Vara propone además una reforma de la Constitución que corrija  el «descuadre fiscal» que existe en España

Apenas una hora antes de que a escasos 200 metros se diera inicio a la Sesión Constitutiva con la que arranca la XI Legislatura de la historia de la democracia en España, Guillermo Fernández Vara, presidente de la Junta de Extremadura desde el pasado mes de julio, lanzaba lo que puede convertirse en una bomba de relojería de no «cambiar los antagonismos por agonismos».

Especialmente en materia de financiación autonómica. Durante un desayuno organizado por Nueva Economía Fórum, Fernández Vara ha defendido una reforma constitucional con la que «blindar las competencias de la Administración del Estado», concretamente en materias tan sensibles como la Sanidad y la Educación, para las que el presidente extremeño propone «mantener la competencias en mano de las autonomías pero derivar la capacidad legislativa a las Cortes Generales» con el objetivo de desarrollar una única «legislación nacional».

Una polémica hoja de ruta que roza la frontera de la recentralización que pasaría por corregir «los errores cometidos con el desarrollo de los Estatutos de segunda generación» y que han derivado en el «descuadre fiscal» que existe en España. En este sentido la iniciativa se sostendría retomando el sistema de «coste efectivo», o lo que es lo mismo, calcular el coste medio de cada uno de los servicios públicos en las diferentes Comunidades Autónomas para ponderarlo y fijar las cuantías reales de las transferencias manteniendo los niveles de igualdad y calidad en cada una de las 17 regiones, «debemos hablar de cuánto cuesta y para qué se dedica el dinero y llegar a un acuerdo desde la generosidad», apostillaba.

Ahora bien, «el proceso va a ser brutal», reconocía, y en las negociaciones que deberán desarrollarse como máximo en el mes de abril «vamos a ir a cara de perro» ya que «por encima de las posiciones ideológicas están los intereses de cada uno».

Déficit y reforma laboral

Por otra parte, y en la línea que lleva exponiendo desde que ocupó el sillón de presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, redundaba en que Extremadura está «comprometida» con el objetivos de déficit y la estabilidad presupuestaria pero «sin destrozar la vida a la gente. Antes de eso me voy a mi casa», sentenciaba. Así ha insistido en que todas las entregas a cuenta que se produzcan por el crecimiento de la región se destinarán a «la consolidación fiscal y no a gasto nuevo».

Con respecto a la deuda, ha explicado que «si nos mantenemos en el mismo escenario de precio» no habría dificultad en reducirse pero «siempre que ésta no siga creciendo» algo a lo que se ha comprometido desde el atril.

Para que el proceso tenga éxito será necesario crear más empleo, y en el caso de Extremadura el Plan de Estímulo de la Economía pone especial énfasis en las licitaciones públicas con las que ha recordado «se puede hacer mucho y además inciden en la calidad del empleo», detallando que se han procedido a «modificar los pliegos para obligar a respetar los convenios colectivos».

Ejemplo Suárez

Durante su disertación no han faltado referencias a la «generación de la transición». El nombre de Adolfo Suárez y las llamadas a Madrid «para hablar y dialogar» que allá por el año 79 realizó al nacionalista catalán Miquel Roca y el comunista, también catalán, Jordí Solé Tura, han sido ensalzadas en, al menos, dos ocasiones.

Gesto con el que el presidente de la Junta de Extremadura instaba al futuro Gobierno a recuperar «lo que Suárez hizo muy bien y se dejó de hacer» y retomar las reuniones periódicas de los presidentes autonómicos con el Gobierno central con el objetivo último de defender «un proyecto de país vinculado a la igualdad pero también con las emociones regionales». Punto éste en el que aludiendo a la ‘locura independentista’ se ha mostrado tajante «recurrir o no, no aporta nada», insistiendo además en que desde el Partido Socialista «no negociaremos con la autodeterminación».

Diálogo que no sólo quedaría circunscrito a la cuestión catalana, sino que se extendería al resto de autonomías bajo el marco del Senado. Institución que ha defendido aludiendo al órdago de Podemos y de su líder Pablo Iglesias, a quien ha acusado de buscar «la descentralización del Congreso» a través de su propuesta de obtener representación con cuatro grupos.

Centralizar el PSOE

Por si desde Ferraz no se han dado cuenta, Fernández Vara recordaba que la nueva política debe tener en cuenta el «factor generacional» y la prueba de ello está en los resultados electorales del pasado 20 de diciembre, que han acabado con un «bipartidismo para dar paso a un bipartidismo aún más imperfecto, que no sirve y da paso a un escenario más complejo pero que no aporta soluciones».

Palabras duras con las que pedía a la cúpula central del PSOE virar hacia la «la centralidad» que lejos de ser tan sólo una ideología «es una actitud ante la vida, de moderación y diálogo». A pesar de ello, ha dejado claro que sobre lo que no hay debate posible es sobre la investidura del actual presidente del Gobierno en funciones «este país necesita un PSOE fuerte, si ésto es así no se le puede pedir que vote a Mariano Rajoy».

Por otra parte se ha lamentado de la situación de pobreza que padece España, que «hemos perdido de vista» y que culpable del desenlace de los últimos comicios. A los jóvenes «ya no les emociona ni el 23 F, ni la Constitución, sino que les seduce la vida, sus dificultades, la precariedad laboral…»