El presidente de la AEB asegura que «el problema existencial más importante de la banca es mejorar su imagen»

El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, aseguró este miércoles en el Fórum Europa que el «problema existencia más importante» al que se enfrentan las entidades financieras es mejorar su dañada imagen y conseguir trasladar al conjunto de la sociedad su rol clave para la economía.

El presidente de la patronal de la banca reconocía así la necesidad de mejorar la reputación durante este desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum en Madrid, donde fue presentado por el consejero ejecutivo y máximo responsable de la Comisión de Riesgos del Sabadell y ex secretario de Estado, David Vegara.

Roldán reconoció la obligación de la banca de volcarse en mejorarla «perseverando» en la comunicación, con productos más sencillos, más transparencia y más comparables y poniendo en el centro al cliente haciendo confluir sus intereses con los propios de las entidades.

Sin embargo, pidió «apoyo» en esta tarea, defendiendo que la banca «es el sistema circulatorio» de una economía, que permite y ordena los flujos financieros.

«Una sociedad sin finanzas sería una sociedad empobrecida y arcaica», defendió para afirmar a continuación que ningún país desarrollado lo es si su banca no es fuerte.

«Es un sector fundamental para la economía. Merece, si no su apoyo, sí respeto y consideración», reclamó con una crítica a la tendencia a atribuirle problemas exógenos y a tomar la parte por el todo como ha ocurrido extendiendo los problemas de algunas entidades al conjunto.

A título de ejemplo, señaló la repercusión del impuesto de actos jurídicos documentados en las hipotecas cuando la banca ha estado cumpliendo la ley existente desde hace más de dos décadas y que obligaba al cliente a su abono, aunque a partir de ahora tendrá que sufragarlo por un cambio de la ley aprobado por el Gobierno.

«A la industria le preocupa cómo cumplir su papel de financiador y activador de la economía. Para ello, necesita un nivel de beneficios, es decir, ser rentable, y por otra parte transmitir que es un sector fundamental para la economía», abundó en su discurso. «Sabemos que no hay una bala de plata que permita cambiar la situación de inmediato», apuntó, reconociendo que será un camino paso a paso y tomando decisiones para mejorar la imagen.

«Es lamentable tener que volver a insistir a estas alturas en algo bien conocido: que está detrás de las operaciones importantes», reivindicó poniendo de ejemplo que permite la compra de la vivienda o el crédito para que las empresas lancen y desarrollen sus negocios, «amplíen su mercado o hacerlas funcionar».

Roldán animó a pensar qué ocurriría sin el sistema de pagos, sufragado por la banca «con ingentes inversiones». Obligaría a una transacción «costosa, insegura y muy penosa de llevar a cabo nuestros ingresos y pagos en efectivo», alentó a pensar.

Con esta defensa indicó que la banca está detrás del 48% de la financiación de las empresas, gestiona el 43% de los activos de los hogares, en gran parte en imposiciones en cuentas y depósitos; y genera unos 160.000 empleos directos, que si bien son apenas el 0,9% de los empleos del país «resultan esencial para el otro 97% porque es un sistema circulatorio sin cual el conjunto colapsaría».

Por la parte que toca a las administraciones públicas, subrayó que la banca no solo facilita tareas como la recaudación de tributos sino que «ayuda en la lucha contra el crimen organizado» gracias al sistema de cobros que da trazabilidad a las transacciones dando transparencia a su origen y destino.

«Todo esto es lo que proporciona y no conseguimos comunicarlo a la sociedad y es muy preocupante porque si un sector de actividad, por muy vital que sea para la economía, no es capaz de transmitir a la sociedad que es necesario para su bienestar, no podrá pervivir en el medio plazo y la sociedad sufrirá en su conjunto», lamentó.

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Junto a restañar la deteriorada imagen, dijo que la rentabilidad continúa siendo el mayor desafío o deber pendiente, difícil de mejorar con la actual evolución de los tipos, la creciente regulación o una digitalización que ha metido en competencia a firmas de banca en la sombra y las fintech.

Defendió que la banca está vinculada a la economía y le va mejor si también prosperan las empresas y clientes pero pidió reglas iguales para la misma actividad en referencia a los nuevos entrantes fintech, que se posicionan en negocios financieros sin tener que asumir sus costosos requerimientos.

«No es aceptable que a los bancos se les obligue a compartir datos» mientras que eso no obliga «a otros». «No se trata de competir, sino de evitar que el sistema financiero pueda incurrir en miss selling», argumentó en alusión a que puede cobijar malas prácticas comerciales, en perjuicio para el consumidor, si no se extienden los requisitos en esta materia a los nuevos jugadores.