España compensará la desviación del déficit con la recaudación y el ahorro en intereses y desempleo

De Guindos reconoce que las Comunidades Autónomas y Seguridad Social no cumplirán

«El Gobierno no va a modificar los presupuestos porque considera que vamos a cumplir perfectamente con los objetivos del 4,2 por ciento de déficit». Así lo ha vuelto a reiterar el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, esta misma tarde durante una conferencia sobre las Claves de la Economía Española organizada por el Colegio de Economistas en Madrid.

Y es que el Ejecutivo fía y confía en la evolución positiva de los ingresos fiscales y en el ahorro procedente de los intereses de la deuda y de algunas partidas de gasto público, como las tres virtudes de la economía española que compensen las desviaciones que, tal y como adelantó el pasado 02 de octubre Diario Financiero y hoy ha reconocido, el propio ministro De Guindos «compensarán las posibles desviaciones que se puedan producir en las Comunidades Autónomas y en la Seguridad Social».

Desde Economía afirman que los ingresos por recaudación «crecen más de lo proyectado en los presupuestos de 2015» y consideran que de aquí a final de año, éstos registrarán una desviación positiva superior al 6,7 por ciento actual. A ello se suma que nuestra deuda se financia a tipos de interés negativo y que la reducción de la tasa de paro supone un ahorro de los costes destinados a sufragar las prestaciones por desempleo. En palabras de Luis de Guindos «poniendo todo junto en una coctelera se aportarán a la economía española entre 8.000 y 8.500 millones de euros, lo que nos lleva al 4,2 por ciento con el que nos hemos comprometido».

Tras insistir en que desde que se inició la legislatura «España siempre ha cumplido», el titular de Economía ha recordado que el déficit público se ha reducido más de la mitad desde que el Partido Popular llegó al Gobierno en 2011, «pasando del 9,1 por ciento al 4,2 con el que vamos a cerrar este año».

Un esfuerzo de consolidación fiscal que ha sido reconocido por todas las economías europeas «más allá de décimas arriba décimas abajo» y que ha dado como resultado una mejora de la confianza en la economía española en general y en la sostenibilidad de las cuentas públicas en particular.

Una recuperación más estable

La recuperación de la economía se ha producido en un contexto en el que no se ha devaluado el tipo de cambio y en el que «los desequilibrios han sido más intensos incluso que cuando teníamos independencia monetaria». Además ésta será «mucho más estable en el tiempo», afirmaba el ministro.

Teoría que se sustenta en que en apenas cuatro años España casi ha doblado el peso de las exportaciones, que ha pasado del 20 al 35 por ciento y que continúan creciendo a un ritmo del 6 por ciento, lo que indica que «no vamos a perder competitividad». A ello se añade la recuperación del flujo del crédito, que lleva dos años consecutivos marcando tasas de crecimiento positivas tanto en la rama de consumo como en la de pymes, algo que ha tenido mucho que ver con «la reestructuración del sistema bancario español».

Ahora bien, la recuperación no está exenta de riesgos. El «elevadísimo» endeudamiento externo y la tasa de paro son los principales retos a los que se enfrenta la economía española, lo que obliga a continuar con un proceso de «reformas de segunda generación», especialmente en lo relativo políticas activas para el empleo y al sistema de Seguridad Social, para el que ha apuntado una ampliación gradual de la edad de jubilación así como la necesidad de avanzar en la «división de fuentes de financiación».

Por otra parte y en clave electoral De Guindos ha alertado de que «cualquier percepción de deterioro en los mercados internacionales» sobre el proceso de reformas llevado a cabo por el Gobierno durante los últimos cuatro años provocarían una pérdida de confianza en la economía española «que pagaríamos con una rapidez inusitada».

Ligados a la Unión Monetaria

Más allá de lo que ocurra dentro de nuestras fronteras, la globalización ha llevado a que «el futuro de España esté ligado a lo que pase en la Unión Monetaria». En este sentido Luis de Guindos también ha hecho referencia a los retos en los que para Europa «es imprescindible avanzar» con el objetivo de paliar los efectos colaterales de la desaceleración de las economías emergentes, principalmente de China y Brasil y que según ha detallado son cuatro:

  • Mejorar las tasa de crecimiento actual del 1,5 por ciento, «que no es para tirar cohetes».
  • La situación de Grecia, que tras la intervención del FMI (Fondo Monetario Internaicional) tiene mucho más complicado que se le aplique una quita de la deuda.
  • Facilitar «correctamente, de forma más suave y más simple» el acomodo de Reino Unido en la Unión Europea. Cuya influencia en el mercado interior europeo «es muy positiva y muy valorada por todos los países.»
  • Afrontar a corto plazo el problema de la inmigración y de los refugiados «que no es sólo una obligación moral sino que tendrá efectos positivos en el crecimiento de las economías europeas».

A todo ello hay que añadir la mutualización de riesgos que evite situaciones en las que el riesgo de un país se traslade a terceros y la creación de un tesoro europeo».

Habrá TTIP

Fuera del Club Europa también hay cuestiones que tal y como ha avanzado el ministro se resolverán antes de final de año. Entre ellas el Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos (TTIP por sus siglas en inglés), que estará listo «antes del año próximo», una vez que se solvente la regulación del arbitraje y de si éste está por encima de la normativa país o no «que es donde está la divergencia».

Por otra parte, De Guindos ha hecho referencia a la subida de tipos de la FED (Reserva Federal) que «sabe que tiene que subirlos pero está entre la espada y la pared» o lo que es lo mismo entre los riesgos de la desaceleración de la economía mundial y la apreciación del dólar.