España empieza mañana su período como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas

España comienza este jueves su período como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones para el bienio 2015-2016, después de conseguir el pasado mes de octubre su elección junto con Nueva Zelanda. España, como sexto contribuyente mundial, considera que le corresponde estar en el máximo órgano de la ONU al menos una vez cada diez años, siendo la última vez que estuvo en 2004.

En los documentos que resumen la candidatura española, España se define como un «país de tamaño intermedio, europeo, mediterráneo e iberoamericano» que supone un «socio fiable». Además, se compromete a trabajar «sin escatimar esfuerzos para que el Consejo de Seguridad sepa reaccionar con celeridad y eficacia a los desafíos a la paz y a la seguridad internacionales en África, en Oriente Medio, en Europa o cualquier otro lugar del planeta».

Para ser uno de los dos países elegidos, se requiere una mayoría de dos tercios de los miembros presentes en la votación de la Asamblea General. El embajador ante la ONU de cada país miembro introduce en la urna un solo sobre con sus dos votos. Si ninguno o solo uno de los contendientes obtiene la mayoría requerida de dos tercios, se pasa a una segunda ronda y sucesivas, hasta que los dos puestos vacantes sean ocupados por dos Estados con la mayoría necesaria.

OBJETIVOS DE ESPAÑA

España consiguió entrar como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas durante el bienio 2015-2016 al imponerse a Turquía en la tercera votación. España, Nueva Zelanda y Turquía pugnaban por dos asientos dentro del Consejo de Seguridad dentro del grupo ‘Europa occidental y otros Estados’.

Nueva Zelanda obtuvo por mayoría el puesto en la primera votación, mientras que España y Turquía tuvieron que ir a una segunda vuelta, en la que la primera recibió 120 votos y la segunda 73. Como son necesarios 129, hubo que acudir a una tercera vuelta, en la que España obtuvo 132 votos y Turquía 60. Hubo una abstención.

Según fuentes diplomáticas, España defiende una reforma «integral» y «conjunta» del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que debe lograrse con un acuerdo respaldado por una amplia mayoría de Estados, superior a los dos tercios, ya que una reforma que no esté respaldada por dicha mayoría «dañará la legitimidad y credibilidad» futura del Consejo y «corre el riesgo de no entrar nunca en vigor».

La reforma defendida por España «ha de alumbrar un Consejo de Seguridad más representativo, equilibrado y accesible, a través del aumento del número de asientos no permanentes, con un reparto geográfico equitativo y permitiendo mandatos de larga duración con posibilidad de reelección, preservando el principio de rendición de cuentas mediante elecciones periódicas», y «transparente, a través de la revisión de sus métodos de trabajo y una mayor relación con la Asamblea General, bajo los principios de colaboración y rendición de cuentas, a fin de proporcionar mayor legitimidad y respaldo a las acciones del Consejo».

A pesar de ello, España es «contraria a aumentar el número de miembros permanentes, así como a extender el derecho de veto». En cuanto al derecho de veto existente, España ve necesario «buscar arreglos para limitar su uso».

PRESIDENCIAS COMITÉS

Los quince miembros del Consejo de Seguridad de la ONU han asignado a España las presidencias de los comités establecidos en virtud de las resoluciones 1540 (no proliferación de armas de destrucción masiva), 1718 (República Popular y Democrática de Corea) y 1737 (República Islámica de Irán). España asumirá la presidencia de los tres comités en el periodo comprendido entre los días 1 de enero de 2015 y 31 de diciembre de 2016.

El comité 1540, relativo a la no proliferación de armas de destrucción masiva, tiene por objeto evitar que este tipo de armamento o sus componentes, caigan en poder de actores no estatales u organizaciones terroristas. Los comités 1718 y 1737 son los encargados de supervisar la aplicación de las sanciones adoptadas por el Consejo General de Naciones Unidas a raíz de las actividades nucleares de Corea del Norte y del programa nuclear iraní.

Desde la presidencia de estos comités, España contribuirá a reforzar la cooperación internacional, al tiempo que velará para que las resoluciones adoptadas por el Consejo de Seguridad se apliquen con eficacia y rigor jurídico.

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