Goirigolzarri descarta el riesgo de una burbuja inmobiliaria

El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, descartó hoy que la existencia de una nueva burbuja inmobiliaria en España pese a los buenos datos de actividad y el aumento de los precios en los inmuebles.

El banquero enfrió tales temores durante la presentación de resultados de 2018 tirando de indicadores. Así, refirió que el visado de nuevas viviendas alcanzó el pasado año los 96.000, muy por encima de los 32.000 contabilizados en el peor momento de la crisis, pero alejadísimo de los 850.000 marcados en el boom.

En compraventas refirió que se contabilizaron 513.000 el pasado año, frente a los 293.000 del pico más bajo y de los 775.000 del mejor año. El importe en hipotecas alcanzó los 41.000 millones de euros en concesión frente a los 183.000 millones en años récords y los 18.000 millones en su mínimo.

Por último detalló que el número de hipotecas firmadas ascendió el pasado año a 340.000, muy encima de los 150.000 del peor años, pero lejos también de los 1,3 millones máximos registrados algún año en pleno boom inmobiliario.

«Se está dando una evolución y es una evolución positiva, pero nada tiene que ver con los picos que nadie desea que se vuelvan a reproducir. No estamos nada cercanos a una burbuja», afirmó.

Bankia retomó precisamente la actividad promotora que había tenido prohibida durante los años de la reestructuración impuesta por Bruselas al ser una entidad receptora de más de 22.400 millones de euros de ayudas públicas.

En el pasado ejercicio alcanzó los 400 millones en inversión a promotores y confía alcanzar este año los 1.000 millones, pero subrayó la prudencia de su política, ya que está muy focalizada en proyectos de construcción de viviendas y donde cuentan ya con un «30% de preventas».

El banco bajó de manera drástica, por otro lado, su exposición a activos improductivos en 6.000 millones de euros, desde 16.900 a 10.900 millones de euros; más que duplicando su objetivo de bajar la exposición en 2.900 millones al año. Una parte fue posible por la transferencia en bloque a Lone Star de más de 3.000 millones en exposición.

Su morosidad bajó así 8,9 a 6,5%. Para este año el consejero delegado de la entidad, José Sevilla, mostró su confianza en bajarlo por debajo del 5%, que es el umbral fijado como indicativo por el Banco Central Europeo (BCE).