Gortázar (Caixabank): «La tasa Tobin es más razonable que un impuesto a la banca»

El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, consideró este miércoles que es “más razonable” una tasa a las transacciones financieras (la conocida como ‘tasa Tobin’) que un impuesto finalista a la banca, como había planteado en un principio el Gobierno, aunque alertó de la necesidad de que la primera se impulse en el marco de un acuerdo internacional.

En la comisión del Congreso de los Diputados que investiga la crisis financiera, Gortázar subrayó que “no me parece justo dirigir” un impuesto concreto “contra el sector bancario”. “Ni por el pasado ni por el futuro me parece que sea lógico”, dijo.

En este sentido, explicó que habría que “corregir lo que queda por corregir” en el sector financiero, pero que en un momento en que la rentabilidad es “endeble”, dijo, “no me parece que sea oportuno y justo penalizar a la banca”.

Por ello, explicó, la ‘tasa Tobin’ “es más razonable que un impuesto específico a la banca”, si bien recordó que es una idea que se impulsó en un acuerdo en la UE en 2012 pero que no se llegó a concretar.

Sobre esta tasa, Gortázar destacó la necesidad de evitar que estas transacciones “vayan a sitios donde no esté el impuesto” y también ver “cómo hacemos que sea productiva”. “Hace falta desarrollar un marco para que ese impuesto sea efectivo y debe tener un marco internacional y no sólo español”, añadió.

Por otra parte, sobre la concentración del sector financiero español, apuntó que “no provoca ningún problema de competencia reducida, al contrario”, para agregar que “tampoco genera un problema en su estructura sistémica”.

“La competencia está aumentándose y no reduciéndose”, dijo el consejero delegado de la entidad, quien, por ello, consideró que no es necesario que el regulador tome medidas en esta materia.

Respecto a los errores cometidos por el sector, reconoció que “en el ámbito de la comercialización todas las entidades han cometido errores”, pues “han comercializado productos que se ha visto que no eran adecuados para las personas” que los habían adquirido.

En este sentido, defendió que, por ejemplo, CaixaBank adoptó medidas para hacer frente al problema de la comercialización de las preferentes que ha tenido efectos de rentabilidad positiva para los clientes afectados.

Preguntado por las cláusulas suelo en los préstamos hipotecarios, explicó que no era una “práctica común” en CaixaBank, y que las que había eran heredadas de Banca Cívica y Caixa Girona tras las operaciones corporativas.

Con el mecanismo para facilitar la devolución de las cláusulas suelo, el banco ha analizado, con datos de junio de 2018, 102.000 hipotecas. En el 47% de los casos el banco considera que ha actuado de manera transparente y no procede devolución, mientras que en el 53% se ha estimado la reclamación y se han devuelto las cuantías cobradas de manera indebida.

 

TRASLADO DE LA SEDE SOCIAL

El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, aseguró este miércoles que trasladar la de sede del banco fuera de Cataluña fue una “decisión profesional” y “sin ninguna influencia política”, para exponer que la entidad no se arrepiente de haberlo hecho.

El Consejo de Administración del banco volvería a llegar “sin duda, a las mismas conclusiones”, subrayó el consejero delegado de CaixaBank, pues aunque no fue una decisión “fácil” era “la correcta”. Además, defendió que fue “efectiva” para para la salida de depósitos y devolver la “normalidad” a la actividad del banco.

En la comisión del Congreso de los Diputados que investiga la crisis financiera, Gortázar respondía así a varios portavoces parlamentarios que le interpelaron por la decisión de trasladar su sede de Barcelona a Valencia en octubre del año pasado.

El diputado de ERC Joan Capdevilla preguntó por decisión de la entidad de trasladar su sede social a Valencia “de la noche a la mañana” en octubre del año pasado gracias al decreto del Gobierno de Mariano Rajoy que facilitaba este movimiento.

Capdevilla indicó que “lo sucedido va más allá de independencia sí o no”, para señalar que en el banco “se sumaron y alimentaron la campaña del miedo de los enemigos de la libertad” con el uso del que llamó ‘decreto Fainé’.

Éste, dijo, muestra la “preocupante relación entre cúpulas políticas y económicas”, es una norma “ominoso, aberrante y un degradante insulto a la democracia corporativa”.

El diputado de Ciudadanos Francisco de la Torre también abordó el impacto de la crisis política catalana en la entidad, y planteó cómo afectó a CaixaBank, por ejemplo en salida de depósitos, el “golpe a la democracia” del referéndum ilegal del 1-O.

El consejero delegado de CaixaBank aseguró que la decisión se adoptó por el “mejor interés del banco”, de sus depositantes, clientes, empleado y accionistas. “Sin ninguna influencia política, fue una decisión profesional”, añadió.

Gortázar indicó que en la semana del referéndum “se empezaba a quebrar el vínculo que es la esencia del negocio bancario: la confianza del clientes”, y “sin ese vínculo no podemos hacer nada”.

Ante “cualquier cosa que ponga en cuestión esa confianza, el banco tiene que reaccionar porque tenemos que proteger la estabilidad” de la entidad, expuso. “Un banco sin la confianza de sus clientes no puede operar”, apuntó el consejero delegado de CaixaBank, quien afirmó que la pérdida de confianza se reflejaba en la retirada de depósitos y la “única solución” posible era trasladar la sede.

Por otra parte, quiso dejar claro que “seguimos siendo el principal banco en Cataluña” y que “nos debemos al servicio al cliente allá donde estemos”. “Nos dedicamos en cuerpo y alma, los 37.000 empleados, a dar un buen servicio”, sentenció.