Hay que vencer al 23%

La tercera causa de mortandad de las startups internacionales es no disponer del equipo adecuado, según un Informe de CB Insights, un dato que a día de hoy, me consta preocupa en gran medida a los inversores. La primera de las causas que cita el Informe está relacionada con no saber reconocer una necesidad real en el mercado y la segunda con la falta de dinero y los problemas financieros.

El Informe pone claramente de manifiesto que un 23% de las startups fracasan por no haber sabido detectar el mejor Talento ni agrupar bajo un mismo techo a un equipo implicado, comprometido, flexible y con verdaderos deseos de remar juntos.

Que una de cada cuatro startups fuera de nuestras fronteras fracasen, me parece una cifra muy elevada si tenemos en cuenta que se trata de un error subsanable. Lo más preocupante es que sabiendo que el ecosistema español es muy joven todavía y tiene mucho que aprender de ecosistemas más maduros como son el norteamericano, el israelí o los países nórdicos, qué no ocurrirá aquí cuando en las citadas culturas emprendedoras perfectamente establecidas y con modelos organizativos tan diferentes a los nuestros surgen problemas de creación y cohesión de equipos.

Ahondando más en el 23%, veamos qué ocurre cuando a efectos prácticos, lo trasladamos al terreno del Negocio. Este porcentaje representa las miles de horas invertidas en un proyecto, en reuniones, en tiempo que los inversores han dedicado a conversaciones con emprendedores y a desgranar su mensaje, tiempo invertido en desplazamientos, en desarrollo técnico, en preparación de concursos para entrar en aceleradoras… Y por encima de todo esto, y algo que debemos tener bien presente: los empleos que ha habido en juego y las situaciones familiares que de manera directa o indirecta se han visto afectadas por el fracaso de la startup.

De hecho, el Primer Estudio de Talento en Startups españolas, pone de manifiesto que el 75% de los inversores reclaman proyectos bien liderados en los que invertir. Es cierto que las conversaciones y acuerdos se firman con las cabezas visibles, como pueden ser los cofundadores o el CEO, pero no menos cierto es que hay un equipo detrás al que es imprescindible escuchar y motivar, porque todos y cada uno de ellos son responsables de la buena marcha y de los resultados de la startup. En este 75% tiene cabida el hecho de que al inversor le resulta absolutamente imprescindible analizar el Talento interno del equipo para conocer su potencial y saber con quién cuenta y con quién no.

Todos tenemos claro que en el ADN de las empresas están los equipos, lo que parece que no se tiene tan claro, hasta que desafortunadamente es demasiado tarde, es que lo verdaderamente importante para que un proyecto salga adelante reside en la etapa inicial de captación, detección y selección de Talento. Atraigamos a perfiles innovadores, creativos, a mirlos blancos que sean buenos sprinters e impulsen con todas sus fuerzas la fase en la que se encuentre el proyecto. Y una vez atraído, pensemos en cómo hacer que el equipo trabaje con entusiasmo en un entorno laboral más agradable, porque la esencia de la competitividad, innovación y productividad la encontramos en las Personas. Tengamos bien presente que sólo nosotros de manera estratégica y rodeándonos de los mejores jugadores proyectaremos una ventaja competitiva que es la que dará frutos.

Busquemos maneras disruptivas de cambiar el enfoque para que todos los actores del ecosistema salgan ganando. Busquemos opciones para que el Equipo no esté en las primeras posiciones de rankings de startups que fracasan sino que pase a las últimas posiciones porque sea un problema que tengamos atajado.

Marta Díaz Barrera, fundadora de Talentoscopio

www.talentoscopio.com

@Talentoscopio_

 

 

 

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