Según una comunicación remitida por IAG a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el beneficio operativo de las aerolíneas del grupo ascendió a 3.230 millones, un 9,5% más.

El beneficio operativo de Iberia fue de 437 millones de euros, un 16,2% más; mientras que el de Vueling ascendió a 200 millones, un 6,4% más.

Por otro lado, British Airways registró unas ganancias de 1.952 millones, un 11,6% más que en 2017, y Air Lingus de 305 millones, un 13,8% más.

Sin tener en cuenta las partidas excepcionales, el resultado después de impuestos fue de 2.481 millones de euros, un 11,2% superior a los 2.231 millones de 2017.

Los extraordinarios se debieron básicamente al cierre de los planes de pensiones NAPS y BARP de British Airways, que permitieron una reducción excepcional del pasivo por prestaciones definidas por valor de 872 millones de euros y de los costes en efectivo asociados por acuerdos transitorios por valor de 192 millones de euros. Estos importes se presentan netos como partida excepcional de 678 millones de euros dentro de la cuenta de resultados.

En su conjunto, las aerolíneas del holding obtuvieron unos ingresos de 24.406 millones, un 6,7% más. Por venta de billetes facturaron 21.549 millones, un 6,2% más.

Por su parte, los gastos totales de las operaciones ascendieron a 21.176 millones, un 6,3 % más. Los de combustible y derechos de emisión fueron de 5.283 millones, un 14,6 % superiores, y los de personal de 4.812, un 1,5 % superiores.

El consejero delegado de IAG, Willie Walsh, destaca que “hemos conseguido estos fantásticos resultados a pesar de tres importantes desafíos: el aumento de un 30% en los precios del combustible, las importantes incidencias sufridas debido al control del tráfico aéreo y un efecto adverso de los tipos de cambio de 129 millones de euros”.

Al término de 2018, la deuda neta de IAG ascendía a 8.355 millones. Un 7,7% más que los 7.759 millones de un año antes.