Insoportable hedor a cloaca

No sé si alguno de ustedes está pensando en cambiarse de país. Si es así, lo entendería. Sobre todo si es usted uno de esos españoles de la cada vez menos mayoritaria opinión de que Pablo Iglesias es el mismísimo diablo. Se lo digo porque le están dejando el camino más que abonado para ganar.

No voy a caer en la ingenuidad buenista de decir que una trama de corrupción como la que cayó ayer es inseparable de un sistema que se basa en su totalidad en la corrupción, desde los municipios más pequeños hasta el aparato del Estado. Cualquiera que haya hecho negocios en los últimos 25 años con la Administración Pública sabe que lo que nos separa de Brasil es lo bien que se lo han montado los jerifaltes para silenciar la corruptela generalizada. Salvando las muy honrosas excepciones, que seguro las hay, doy la bienvenida a toda esta marea de casos destapados porque nos muestran las vergüenzas de quienes hasta la fecha consideraban normal que se les rindiera pleitesía, por ostentar el cargo de concejal, o por ser la parte empresarial del crimen organizado con apariencia de legalidad.

Lo que sí les digo es que a este paso al coletas le van a proclamar presidente por aclamación. Cuando quieran llegar las Generales no va a haber institución pública libre de infección conocida, y mira que me cuesta creer que la judicatura, la Guardia Civil y la prensa se hayan puesto de acuerdo para aupar a Podemos. Cuando las tapas de las cloacas saltan por presión, estas son las consecuencias.

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