Jesús Terciado delega temporalmente sus funciones en Cepyme

El presidente de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), Jesús Terciado, ha decidido delegar sus funciones temporalmente en alguno de los miembros del Comité Ejecutivo de la organización, de acuerdo con lo que contemplan sus Estatutos.

Según informa el propio Terciado en una nota, dicha decisión ha sido comunicada esta mañana en la reunión del Comité Ejecutivo de CEOE. El máximo responsable de Cepyme formalizará esta propuesta ante los órganos de gobierno de la confederación este mismo mes.

Terciado explica que, aunque no se encuentra inmerso «en ninguno de los supuestos que contempla el código ético y de buen gobierno vigente en CEOE y en Cepyme», considera que su decisión «evitará cualquier intento de instrumentalizar la denuncia presentada por tres representantes de la organización empresarial de Salamanca contra mí en el proceso electoral abierto en CEOE».

Dicha denuncia se encuentra en fase de diligencias previas, en la que la autoridad judicial está procediendo a recabar la información que considera pertinente.

Terciado ha expresado ante los miembros del Comité Ejecutivo de CEOE, al igual que hará esta tarde ante los vicepresidentes de Cepyme, y después ante sus órganos de gobierno, su convicción de «haber actuado correctamente como presidente de Cepyme, en defensa de los intereses de las pequeñas y medianas empresas, con honradez y transparencia», aspectos que asegura haber impulsado él mismo en estos años en Cepyme.

Destaca como sus logros en esta materia la realización de auditorías externas de las cuentas de la confederación y su publicación en la página web, la puesta en marcha de un sistema de control presupuestario y financiero, así como la implantación del código ético y de buen gobierno.

Sin embargo, considera que es más conveniente en estos momentos delegar sus funciones en Cepyme, «en la confianza de que ello permitirá ?como espero? evitar cualquier utilización interesada o torticera de la denuncia de la que he sido objeto, en perjuicio de la unidad empresarial, el descrédito de las organizaciones o del mío propio».

«Entiéndase ésta como una decisión firme y sincera en unos momentos en los que los empresarios, como la mayoría de los ciudadanos, esperan decisiones firmes y sinceras por parte de quienes ostentamos algún tipo de responsabilidad sujeta al criterio de la opinión pública», concluye.

 

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