José Bou: «los empresarios catalanes se están levantando y dicen basta»

El presidente de ‘Empresaris de Catalunya’ acusa a las grandes compañías de haber reaccionado tarde

«Artur això no sigui possible, no és el camí! (Arur, esto no es posible, este no es el camino)», esta es la frase que según José Bou, presidente de la asociación Empresaris de Catalunya, muchos grandes empresarios catalanes hubieran esputado hace tiempo al presidente de la Generalitat de haberse tomado en serio la locura de Mas.

«Creían que era broma y que la separación se podía negociar», denunciaba Bou durante una entrevista concedida al programa Pulso Empresarial de Gestiona Radio. Sin embargo la situación ha cambiado «no nos gusta lo que pasa con el futuro inmediato de Cataluña» y, además, ante la catástrofe económica que supondría el proceso independentista para la región cada vez son más los que «se están levantando y dicen basta» superando el temor a «estar enfrentados al poder o perder contratos y subvenciones».

Aun con ello la reacción llega tarde y el túnel sólo tiene una salida, las elecciones del próximo 27 de septiembre. Tras entonar «el mea culpa», el representante de más de un centenar pequeños y medianos empresarios de Cataluña, acusó a la decena de grandes empresas de la región de «no haber hablado porque pensaban que iría bien apretar y que meterían algún pescado a la cesta, pero en último término han visto que esto va en serio y les puede abrir en canal».

Nombres como Isidro Fainé, presidente de La Caixa, Josep Oliu, presidente de Sabadell, Antonio Brufau, presidente de Repsol o Ángel Gabarro, presidente de Gas Natural, son algunos de los que Bou señala de cómplices por silencio «no han hecho nada para parar a Mas pero algo tienen que hacer y espero que de aquí hasta el 27 de septiembre hablen, digan y hagan». Mutismo que, por otra parte, en privado se convierte en secreto a gritos, en palabras del presidente de Empresaris, «lo que me dicen a mi es: de cap de les maneres. Està boig! (¡de ninguna de las maneras, está loco!)». Aún así, se lamenta de que  todavía queda «algún señor romántico, como el de los laboratorios, que defienden la independencia».

Con respecto a las pymes al empresario no le duelen prendas en afirmar que «tanto Pimec como Cecop estaban controladas por la Genealitat y no han dicho ni pío. Estar bajo el paraguas del poder es muy cómodo y atractivo. Las que no lo estaban las hemos recogido nosotros».

Nada de «paraíso idílico»  

La tierra prometida del independentismo supondría la pérdida de 11 puntos del PIB de Cataluña, el aumento del paro en dos puntos porcentuales -del 34 al 36 por ciento-, recortes en gasto social y subida de impuestos. Pero además las consecuencias a nivel empresarial serían aún más nefastas.

En primer lugar supondría perder todas las ventajas obtenidas de estar en la Unión Europea, de la que definitivamente Cataluña quedaría fuera, teniendo que enfrentarse a «cuadros dantescos». Entre ellos se cancelaría la financiación procedente del Banco Central Europeo y por tanto la del FLA (Fondo de Liquidez Autonómico). Además, se perderían 42.000 millones en las ventas que se realizan al mercado español a las que habría que sumar las de parte del mercado europeo por el efecto arancel aduana y se suprimiría el Tratado Schengen, que permite la libre circulación de personas entre los distintos países de la U.E.  «Es decir que del paraíso idílico que dicen nada de nada», sentencia Bou, «y eso sin contar «las fugas de capitales y las desinversiones en general». De hecho entre 2010 y 2012 han sido más de 1.000 empresas las se han ido de Cataluña y en 2014 algo más de 900. De éstas más de la mitad habían ido a parar a Madrid.

Cataluña tiene mucho que agradecer a España

Cada vez son menos los catalanes que defienden el secesionismo, según la última encuesta 6 de cada 10 están a favor de encontrar un término medio como el federalismo, autonomía reforzada o confederalismo. A este respecto Bou explica que a pesar de que ha habido «mucha gente de buena fe que ha sido captada», Artur Mas no se va a salir con la suya «no van a ganar. El pueblo catalán está cada vez más en su sitio y el enfado general hará que voten a opciones como Unió o Cuidadanos», precisamente este último podría ser el más beneficiado.

Incluso Bou explica que una gran mayoría de catalanes, y de forma más acusada en el ámbito empresarial, reconocen que «Cataluña sí que ha dado, pero que también tiene mucho que agradecer a España, sobre todo en el siglo XIX y principios del XX, además de todo lo que se recibió en los Juegos Olímpicos del 92» y concluye que «si Cataluña, al igual que Madrid son regiones más ricas es de justicia que también tengan que poner más».

 

Josep Bou