La CNMV intensificará sus esfuerzos para proteger al pequeño inversor

Por Fernando Belinchón

En el año 2018, en todo el mundo se intercambiaron más de 923.000 millones de acciones de entidades españolas. De esa ingente cantidad de transacciones, 580.000 se gestionaron a través de centros de negociación españoles y por lo tanto, estuvieron bajo la supervisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

Para organizar su ingente tarea, la CNMV se marca cada año una serie de objetivos a cumplir entorno a los cuales estructura sus principales líneas de actuación. El supervisor ha presentado su Plan de Actividades para 2019, el documento que fijará su estrategia para este año y que permite ver cuáles serán sus prioridades.

De los 50 objetivos que se fijó la CNMV el año pasado, el supervisor cumplió con 39. Para este año, la entidad presidida por Sebastián Albella ha rebajado el número total a 44 objetivos enmarcados dentro de tres líneas estratégicas principales: tener la supervisión como prioridad, fomentar la competitividad del mercado español y atender a los cambios y nuevos fenómenos impulsados por la tecnología.

Sebastián Albella ha hecho un especial hincapié en la importancia del principio de escepticismo a la hora de desarrollar su actividad supervisora de los mercados españoles, “queremos seguir siendo una entidad supervisora prudente, que considere las dificultades que puede haber a la hora de cumplir determinadas normas pero es importante que un supervisor financiero sea un supervisor decidido y que tenga una cierta actitud de escepticismo”.

En el marco de conseguir una mejora en el funcionamiento de la CNMV, el plan estratégico contempla como principales objetivos completar la adaptación a los requerimientos de la administración electrónica y adquirir una nueva herramienta tecnológica que refuerce la capacidad de tratamiento y análisis de grandes volúmenes de datos.

“Ya tenemos herramientas para supervisar, pero son herramientas que podemos considerar convencionales que no utilizan algunas de las últimas manifestaciones de la tecnología, como puede ser el Big Data o el Machine Learning, nosotros recibimos un volumen de información ingente y queremos dar un salto cualitativo comprando una nueva herramienta potente en este sentido”, ha detallado Albella.

También para mejorar su eficiencia, la CNMV preparará una encuesta entre los participantes del mercado sobre el funcionamiento del supervisor, impulsará un proyecto de estandarización de las solicitudes realizadas en sus registros oficiales e intensificará los esfuerzos de formación de su personal en nuevas tecnologías. “Al menos cada año 100 técnicos de la Comisión pasarán por un programa de formación intensivo en este aspecto. No solo queremos mejorar las capacidades de nuestra gente, sino también promover un cambio cultural que sea coherente con esa revolución tecnológica que estamos viviendo en el mundo financiero” ha explicado el presidente de la CNMV.

En cuanto a su relación con el mercado el supervisor se ha fijado como uno de los objetivos de este año pasar a un sistema de publicación automática de las notificaciones de cambios en los derechos de voto e instrumentos financieros, similar al que ya funciona con los hechos relevantes. Así mismo, la CNMV revisará determinadas recomendaciones del código de Buen Gobierno, publicará un análisis específico sobre el estado de información no financiera de las entidades cotizadas y generará varias guías técnicas nuevas.

La protección al pequeño inversor, una de las prioridades

La Comisión Nacional del Mercado de Valores deja claro a través de varios de sus objetivos que la protección del pequeño inversor es una de sus principales prioridades para este año 2019.

Concretamente, para mejorar la protección del inversor minorista, la entidad presidida por Albella estrechará aún más el cerco sobre los productos de alto riesgo como por ejemplo los Contratos por Diferencias (CFDs) al adoptar medidas que buscan restringir la publicidad al público en general de estos peligrosos productos debido a su en ocasiones alto nivel de apalancamiento.

Así mismo, la CNMV continuará su batalla contra los chiringuitos financieros (las entidades de servicios financieros que operan sin autorización ni supervisión de la CNMV) con nuevas armas como un nuevo convenio de colaboración con la policía o la contratación de expertos externos que actúen a modo de mistery shoppers que recaben información sobre entidades sospechosas.

No obstante, a pesar de la intensificación de los esfuerzos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, aquellas entidades que operan en régimen de libre prestación de servicios en España (empresas con sede en otro país de la Unión Europea y bajo la jurisdicción de otro supervisor de los mercados generalmente más laxo que el español como el chipriota) siguen siendo un quebradero de cabeza para la CNMV.

“Vamos a reforzar la monitorización de las actividades que realizan las entidades que operan en España en régimen de libre prestación de servicios. Como saben ustedes, la normativa europea es muy radical, en mi opinión excesivamente radical, entre la distribución de responsabilidades de supervisión entre el país de origen y el de acogida, otorgándole la responsabilidad al de origen”, ha criticado Albella.

El presidente de la CNMV ha asegurado que intensificarán los esfuerzos de notificación a los supervisores de otros países y que en caso de que estos no tomen medidas, la CNMV intervendría.