La ‘cruzada digital’ de los CEO

Los CEOs están liderando personalmente la transformación digital de las compañías, un proceso que requiere muchos ajustes en múltiples frentes antes de poder empezar a recabar los frutos.

La transformación digital no es algo que se haga de la noche a la mañana. Es un proceso complejo, que requiere de cambios no sólo en los sistemas tecnológicos IT o en la forma de monitorizar el mercado, sino también cambios culturales, formación de los profesionales, nuevas formas de trabajar, nuevas formas de interactuar con los clientes, nuevos modelos colaborativos, nuevos modelos de negocio, muchas veces incluso hasta un nuevo portfolio de productos. Son muchos los engranajes que hay que cambiar y hacer rodar conjuntamente para poder dar por concluida una metamorfosis tan compleja como requiere la transformación digital. Las organizaciones llevan años inmersas en este proceso, con diferentes velocidades, y los frutos no llegarán de inmediato.

Con esta visión coinciden los datos recogidos en el informe CEO Outlook 2018 elaborado por KPMG, en el que se ha tomado el pulso a 1.300 consejeros delegados de las principales compañías del mundo, incluidas 50 españoles. Como señala Alberto Martín Rivals, socio responsable de Management Consulting de KPMG en España, “la transformación digital va mucho más allá de la simple adopción de nuevas tecnologías: éstas deben ir acompañadas de un cambio profundo en los modelos de negocio y en la cultura de la compañía para lograr un retorno tangible de la inversión necesaria”.

Pero antes de entrar a los detalles, es importante subrayar que los CEOs son muy optimistas sobre las posibilidades que abre la transformación digital. Casi el 100% de los directivos (96% de los españoles y 95% de los globales) concibe la disrupción tecnológica como una oportunidad más que como una amenaza. Todos los países analizados muestran tasas superiores al 90%. Y a la hora de calificarse como disruptores activos o pasivos, la mitad de los CEOs globales (54%) se muestran activos: dicen que más que esperar a ser objetivo de alguna disrupción por parte de competidores, su organización está siendo activamente disruptiva en el sector. Destaca el caso de Estados Unidos, donde el 86% de los CEOs se declara disruptores activos. Con un 36%, España se situaría en la banda media, junto a países como País Bajos (38%), Australia e Italia (32%), India y China (30%).

Los CEOs no solo son optimistas sobre la tecnología y han asumido el desafío de la transformación digital, sino que mayoritariamente (71% de los CEOs globales y 60% de los españoles) se sienten personalmente preparados para liderar la radical transformación del negocio que exige la nueva era digital.

Las compañías están adoptando progresivamente nuevas tecnologías disruptivas como la automatización de procesos –Robotic Process Automation (RPA)-, coloquialmente más conocidos como bots, y van introduciendo poco a poco soluciones de Inteligencia Artificial y otras tecnologías como Deep LearningInternet de las Cosas (IoT en sus siglas en inglés) para mejorar la eficiencia y las capacidades operativas e innovadoras de su negocio.

Según los datos recogidos en el CEO Outlook, un 12% de los CEOs globales (2% españoles) ha implementado ya soluciones de Inteligencia Artificial para automatizar algunos de sus procesos. El resto, está trabajando en ello de manera experimental: el 52% de los CEOs españoles reconoce que está trabajando en proyectos-piloto en un pequeño número de procesos y el 46% restante ha dado el siguiente paso, es decir, ha empezado una implementación limitada en algunos procesos específicos. Se trata, en ambos casos, de un proceso de experimentación, de prueba-error, para ir rodando estas tecnologías y ver sus ventajas.

“Lo interesante es adoptar una visión más amplia bajo el concepto de Intelligent Automation, que implica la combinación de varias tecnologías. Por ejemplo, con RPA solo se pueden automatizar las tareas puramente transaccionales, pero normalmente un proceso exige también la capacidad de interactuar, interpretar datos, estructurarlos y automatizar la toma decisiones. El reto consiste en ir explorando y aprendiendo el uso de estas nuevas tecnologías mediante proyectos piloto con un alcance acotado, para después irlas combinando entre sí y conseguir un efecto mucho mayor en términos de eficiencia y captura de valor por parte de las empresas”, dice Belén Díaz, socia de Función Financiera de Management Consulting de KPMG en España.

En este entorno exploratorio que se observa en la mayoría de los países analizados en el CEO Outlook 2018 (Estados Unidos está algo más avanzando en el uso de estos sistemas), es lógico que los horizontes de consecución de un retorno significativo (ROI) de las inversiones realizadas no sean inmediatos, sino entre 1 y 3 años. Ése es el plazo en el que la mayoría de los CEOs (72% españoles y 57% globales) espera empezar a cosechar realmente frutos significativos de sus inversiones en transformación digital. Solo un 18% de los directivos españoles espera obtener un ROI en 12 meses, porcentaje que entre los CEOs globales sube al 29% y en Estados Unidos, al 32%.

Las inversiones en sistemas de Inteligencia Artificial y automatización o RPA tendrán un retorno aún más alejado en el tiempo: entre 4 y 10 años, según coindicen en apuntar los máximos ejecutivos empresariales. El 55% de los CEOs globales (76% de los españoles) espera un ROI de los sistemas de Inteligencia Artificial en el horizonte de 4-10 años. Solo un 44% (22% en España) espera que el retorno llegue de aquí a 3 años.

Con este telón de fondo, es clave que los máximos ejecutivos empresariales gestionen las previsiones de los stakeholders, especialmente del consejo de administración, que tiene unas expectativas poco razonables, según el 62% de los CEOs españoles (51% globales). El consejo y el resto de stakeholders deben entender que, como subrayamos al principio de este artículo, la transformación digital es un proyecto a largo plazo sin resultados inmediatos.

En lo que los CEOs coinciden plenamente es en señalar que, frente a quienes alertan de que la Inteligencia Artificial y los robots tendrán un enorme impacto en el empleo, ellos creen que estas tecnologías crearán más empleo del que destruyan en los próximos tres años.