La EPA y el futuro

Si parásemos la película -que evidentemente no se puede parar-  el 31 de diciembre del 2015 yo creo que hay muchas más luces que sombras. 
Hay algún pequeño dato inquietante de cómo se ha comportado el último trimestre, como por ejemplo una pequeña desaceleración. En el último trimestre del 2015 ha perdido empleo la industria, cosa que no es buena. No ha ocurrido lo mismo en el conjunto del año.
Con esto estoy diciendo que estaría por ver, si las cosas más o menos se mantuvieran como hasta esa fecha, cómo podría evolucionar en el 2016. La sensación que inicialmente da es que no habría grandes cambios. Seguimos creciendo a tasas bastante importantes, lo cual permite crear empleo.
En términos anuales ha salido un incremento del empleo del 2,99 por ciento que es casi la misma cifra de incremento en el PIB que todo el mundo maneja.  Eso significa que la capacidad de la economía si la película siguiese como hasta ahora sería optimista.  Hay que decir que en el último trimestre donde más empleo se crea es en servicios porque hay un cierto tirón de la campaña de Navidad.
¿Cómo va a seguir el 2016? Parece que de momento pintan bastos.  Ante esta incertidumbre poco se puede decir. No creo que sea catastrófico, no creo que el conjunto del 2016 vaya a suponer un retorno a la tendencia del mercado laboral de la que veníamos en 2011 cuando el nuevo Gobierno se encontró tan mala situación. Una situación de clara destrucción de empleo y eso se trocó. Por cierto, no en 2012 ni en 2013. Se empieza a trocar hacia finales de 2013. El 2014 empieza a entrar con una tendencia ya cambiante, aún en tasas negativas, pero cambiante, que se manifiesta en tasas positivas en la última mitad del 2014. Con lo cual ha habido cambios importantes.
Lo dicho por Fernández Toxo respecto a que las cifras no son para tirar cohetes es una frase hecha de este sindicalista. Hay un claro cambio de tendencia.  En los dos últimos años que es cuando empezaba el mercado laboral a tener tasas positivas, el empleo ha aumentado en 959.000 personas y el paro ha caído en 1.556.100 personas, que no es poco.  Hay una diferencia de algo más de 157.000 personas, que en buena parte viene explicado por la variación en la población activa, pero creo que son cifras muy buenas.
Que en dos años hayamos creado casi 1.000.000 de empleos y que haya caído algo más el paro, me parece espectacular en el sentido no solamente del cambio de rumbo que ha tomado la economía, sino con el vigor que lo ha tomado. Yo creo que los datos sí reflejan esas pequeñas reformas de las que todos nos hemos quejado y dicho que son insuficientes, y de manera capital las cifras son el  reflejo de las enormes transformaciones que ha tenido el mercado laboral, las empresas, los empleados…  todos estos agentes se han visto obligados a unos esfuerzos importantes, las empresas a salir fuera, a cambiar las estructuras incluso organizativas… esto es lo que están reflejando estos datos.
Si mantuviésemos y alimentáramos un poco más esa tendencia del mercado laboral con nuevas reformas en la dirección correcta yo creo que hemos entrado en una tendencia en la que la economía española sería un caso excepcional dentro del marco de las economías europeas. Es verdad que también venimos de más abajo, que nuestra tasa de paro es inmensa, nuestra caída del PIB fue brutal, el tiempo que nos ha durado la recesión es mayor que en otros sitios y eso contribuye a que esa aceleración sea más fuerte, pero insisto: si hubiésemos mantenido la cabeza fría en general las cosas podrían ir mejor.
Respecto a la calidad del empleo que es la cantinela de algunos, yo me remito a los datos que da el propio INE: una de las grandes preocupaciones que tiene este país es la temporalidad laboral y de los trabajos indefinidos. Pues en el último trimestre el número de contratos indefinidos ha aumentado en 103.400 personas. Se supone que muchos de esos contratos son para trabajadores para una campaña concreta, que es la de Navidad. Bueno, pues en este trimestre el número de contratos indefinidos ha aumentado en 103.400. Mientras que el número de contratos temporales ha disminuido en 63.600.  Y la tasa de temporalidad ha caído medio punto en términos trimestrales. Es verdad que en términos anuales el empleo indefinido se ha incrementado en 170.600 personas y el temporal en 335.000. Esto es verdad, pero con todo y con eso en los datos totales todavía los indefinidos son 2/3 del total de los contratos que existen y tenemos que ir acostumbrándonos.
Como ha aumentado también el porcentaje de los trabajadores a tiempo parcial en este último trimestre. Me imagino que también tiene que ver con ese tipo de contratos que se hacen en determinados sectores que respondían más a lo que era ese trimestre y en concreto también a cuestiones de agricultura.  No olvidemos que también las campañas agrícolas han variado. La gente se va ajustando a circunstancias tan variopintas como esas.
Y tampoco puedes coaccionar al mercado diciendo que todos los contratos tienen que ser de 8 horas, cosa que me suena a risa. ¿Qué trabajador en España trabaja 40 horas a la semana? Pero si le echamos todos un montón de horas a nuestro trabajo que no deberíamos. Posiblemente porque organizativamente tenemos un sistema productivo muy poco productivo y al ser poco productivo tenemos que echar muchas horas en el trabajo.
Otro tema muy manido es el de la caída de la población activa en 153.000 personas. Dicen que eso favorece los datos. A ver, los habitantes en España netos han caído en 146.900 personas.  Es decir, los que han nacido, los que han muerto, los que se han ido… ¿Cómo puede aumentar la población activa si está cayendo la población? Tenemos que ser lógicos. Y esto es malo porque principalmente se debe a que una parte de los extranjeros se han ido ¿Y por qué es malo? No por lo que ha dicho alguien de que la tasa de paro ha bajado pero «exclusivamente por la huída de la población inmigrante».
Que la tasa de paro ha bajado solo por esto, – en concreto cifraba 1.000.000 de personas menos- ¿Significa entonces que cuando vienen 1.000.000 de personas más el paro aumenta?  No hagamos lógicas peligrosas y malas.  Esto no es así. Precisamente la población inmigrante es una población con unos grupos de edad concretos, eso eleva muchísimo la tasa activa en conjunto del mercado laboral español, la mejora y además esas personas mayoritariamente buscan empleo y se ve en las cifras. La tasa de inactividad dentro de la franja de edad que pueden ofrecer empleo entre la población extranjera es poco más del 20 por ciento y entre los españoles es algo más del 40 por ciento, la diferencia es brutal. Esa gente está contribuyendo y está favoreciendo todo el proceso del mercado laboral.
A medio – largo plazo, si pasa lo que sospecho que va a pasar, que no es nada bueno, mi sensación es que todas esas transformaciones que he comentado se paralizarán brutalmente, porque se encontrarán con un marco laboral que nos retrotrae otra vez a esa especie ideológica de la lucha entre empleadores y empleados. Es atávico todo esto.
Yo sé que las personas somos muy complejas. Con esto quiero decir que hay trabajadores buenísimos, trabajadores malísimos, empresarios y contratadores malísimos y empresarios y contratadores buenísimos. Pero en general, los señores que emplean a gente no son señores que estén intentando sacarle el jugo y las entrañas a sus trabajadores. Seguro que los hay, incluso conozco casos, pero no todos son así. Lo que quieren normalmente es obtener sus beneficios y que sus sistemas colaborativos y de producción funcionen de la mejor manera posible. Y además los empleadores modernos saben que en un ambiente cordial esto se consigue de forma mucho mejor que no con esa visión del  empleador del Siglo XIX que estaba con el látigo.
Si las relaciones laborales vuelven atrás, sería volver a esa situación vieja de verse unos contra otros ¿Es eso un buen marco de relaciones para que continúen exactamente en la dirección en la que deben continuar las transformaciones de las empresas y de los aparatos productivos de la economía española?  A mi me parece que sería un retroceso total.
Álvaro Lodares
Economista