Las cuentas, que comparan muy favorablemente con los 13.044 millones ganados durante 2017, mejoran además en un año donde dan por casi finalizado el proceso de limpieza del ladrillo tras rubricar acuerdos para transferir el negocio inmobiliario a los fondos Blackstone, Cerberus, Lone Star o Lindorff, además de enajenar carteras mayoristas.

La mayor contribución correspondió al Santander, cuyo beneficio se disparó un 18% y ascendió a 7.810 millones gracias al crecimiento de las cuentas en ocho de sus 10 mercados principales y la especial contribución de Brasil, EEUU y España, aunque sufren el impacto de la depreciación de las divisas.

La ganancia aumentaría un 32% en moneda local, apoyado en un aumento del 9% en los ingresos y que supuso el nivel más alto de la historia del grupo,

Por su parte, BBVA presentó este viernes un beneficio de 5.324 millones, lo que supone una mejora del 51,3% con respecto al año anterior impulsado por las plusvalías de la venta de la filial en Chile y pese a la depreciación de la lira por la inestabilidad en Turquía.

También presentó hoy sus resultados CaixaBank, entidad que ganó 1.984 millones, un 17,8% más, gracias a la mayor aportación del banco portugués BPI, la fortaleza de los ingresos y la reducción de las dotaciones.

Sin embargo, la mejora general de la gran banca se produce pese a que Banco Sabadell ganó un 54% menos, hasta situarse en 328 millones. El descenso se produce porque el banco destinó 637,1 millones a dotaciones para reducir su exposición al inmobiliario y cerrar sus problemas operativos en el banco británico TSB.

Por último, Bankia logró unas ganancias de 703 millones, un 39% más. En su caso se vio favorecida por la incorporación del negocio de BMN, entidad que absorbió durante el ejercicio 2018.