La impresión offset pierde terreno respecto a la impresión digital

En el mundo de la impresión comercial pocas cosas han causado tanto revuelo como el fenómeno de la impresión digital. Esta se ha caracterizado por un crecimiento lento, pero progresivo desde su aparición. Y si bien, la impresión offset aún domina el mercado, los sistemas de tiradas digitales han ganado mucho terreno en los últimos años.

 

Ambos métodos conviven en un competitivo mercado que reporta al año importante sumas de ingresos a nivel mundial. Resulta preciso evaluar concienzudamente cual conviene más en función de factores como las dimensiones de la publicación y la cantidad de ejemplares.

 

Por suerte para quienes no conocen con precisión estos temas, es posible consultar con los expertos. En España, uno de los más reconocidos grupos profesionales es Imprenta Printmakers. Siguiendo su asesoría es imposible errar en la elección del tipo de impresión que escoger para cada proyecto o publicación.

 

Esto es en todo caso una decisión que los clientes de las empresas deben tomar. No se trata de un método superior al otro, sino de técnicas diferentes con ventajas y desventajas específicas. La decisión final dependerá de las necesidades puntuales de cada caso.

 

Sin embargo, los avances tecnológicos y la creciente demanda de contenidos digitales como libros electrónicos pueden ocasionar los cambios más drásticos. Así, los objetivos de las imprentas apuntan a fidelización de clientes a medio plazo.

 

¿Qué es la impresión offset?

 

Este es un sistema de impresión indirecto que hace uso de planchas húmedas y tinta grasa. La impresión offset emplea los colores cyan, magenta, amarillo y negro, mejor conocidos como CMYK por sus siglas en inglés. Estos colores se encuentran presentes en forma líquida que por medio de complejos engranajes y rodillos son transferido de las planchas al papel.

 

El tamaño de las máquinas empleadas aumentan proporcionalmente al formato de la hoja a emplear en la impresión. Además, la tirada no admite la personalización de los ejemplares, es decir que todos deben ser exactamente iguales.

 

Por otra parte, las copias impresas requieren de 24 horas antes de ser manipuladas. De lo contrario es posible dañar los ejemplares al ocasionar repeticiones o corridas en la tinta. Además, durante la impresión las tintas pueden presentar fallos afectando la calidad del trabajo obtenido y sus colores.

 

Pese a estas desventajas, la impresión offset aún podría tener mucho que ofrecer. Sus grandes beneficios abarcan el coste reducido ante tiradas de gran tamaño, siendo además muy rápida la impresión en estos casos. Además, las imágenes y fotografías impresas bajo este método disfrutan de auténtica calidad fotográfica.

 

Las máquinas de impresión offset permite usar distintos tipos de papeles como estucados, texturizados y verjurados. En cuanto a la tinta, también ofrece cierta libertad al poder usar tintas especiales como oro, plata y pantones.

 

¿Qué es la impresión digital?

 

La impresión digital se divide en dos vertientes según la tecnología que emplea. En primer lugar, está el inkjet que se basa en el uso de una sola tinta líquida de características diferentes a las tintas CMYK. Por otra parte, el toner constituye la segunda vertiente y utiliza partículas de pigmentos sólidos para imprimir.

 

En ambos casos, se incorpora el uso de máquinas eléctricas para plasmar la tinta y pigmentos en el papel. Esto quiere decir que la impresión digital no incluye planchas de ningún tipo en el proceso de impresión. Además, los aparatos empleados son considerablemente más ligeros, pequeños y económicos.

 

Dado que la impresión se hace de forma directa entre el ordenador y la impresora resulta más rápida que la impresión offset. Esto no se cumple en tiradas de gran volumen, donde la impresión offset ofrece mayor velocidad y costes menores.

 

Además, poner en funcionamiento una máquina de impresión digital no implica una gran inversión de tiempo ni recursos. Por esta razón la impresión de tiradas cortas es considerablemente más rentable con este sistema que con la impresión offset.

 

La impresión digital ofrece reproducciones sobre una mayor cantidad de materiales de soporte, tales como vinilo o plástico. Además, permite la personalización de algunos ejemplares dentro de la misma tirada, y ofrece una gran calidad fotográfica.

 

Así, las ventajas de este tipo de impresión supera los contras. Siendo su mayor inconveniente, el coste de impresión en tiradas de gran tamaño. Por esta razón el precio de producción en offset llega a ser más beneficioso. Esta clase de reproducción es más limitada en cuanto al uso de papeles alternativos.

 

El auge de la impresión digital

 

Si bien en volumen de impresión, el offset aún lidera el mercado con más del 70% de las tiradas de impresión comercial. En los últimos años, la impresión digital ha ganado importantes cuotas del mercado. Así, lo señala la organización estadística Primir, cuyas predicciones suponen que la tendencia de la impresión digital al alza continuará.

 

Este crecimiento sostenido tiene su origen en un redimensionamiento de la actividad editorial. El importante posicionamiento que viven los ebooks también ha incidido en este notable crecimiento. Así, la posibilidad de imprimir tiradas reducidas ha otorgado a la impresión digital una importante demanda competitiva.

 

La venta de libros por medios electrónicos implica que el libro precisa ser impreso sólo cuando el consumidor lo ha comprado. De esta manera, frecuentemente se generan tiradas de pocas unidades. Manejar este esquema de producción bajo impresión offset es extremadamente caro. Siendo esta la razón de su lenta pérdida de terreno frente a la impresión digital.

 

En este sentido, las empresas editoriales publican cada vez más títulos, pero con tiradas de mucho menos volumen. En este escenario, la impresión digital ha conseguido representar una importante suma en el ingreso anual del medio de la publicación editorial.