La innovación en el Gran Consumo cayó un 25% desde 2010

A pesar del repunte de nueve puntos registrado el pasado año

Pese a que los consumidores son más optimistas y la innovación en el Gran Consumo ha crecido nueve puntos en 2015, continúa muy por debajo de los niveles de años anteriores. Concretamente, es un 25 por ciento más baja que en 2010, un descenso que lastra el crecimiento del primer sector industrial, el cual emplea a un cinco por ciento de la población activa (un millón de trabajadores).

Todo ello choca con el crecimiento de dos puntos experimentado en el Gran Consumo porque, según el estudio Radar de la Innovación del sector del Gran Consumo elaborado por Kantar Worldpanel, a pesar de este comportamiento al alza la innovación continúa bajo mínimos. “El entorno vuelve a ser propicio para la innovación, y de hecho los fabricantes han empezado a incrementar sus esfuerzos en lanzar productos novedosos ante un consumidor más predispuesto a probarlos. Aun así, el recorrido para recuperar los niveles pre-crisis es todavía largo e implica a todos los actores, para recuperar los niveles de innovación, mejorar la tasa de éxito y asegurar una buena distribución”, defiende el Director de Kantar Worldpanel, César Valencoso.

En el pasado año, apenas se lanzaron 118 nuevos productos. De ellos, el 73,1 por ciento pertenecieron al segmento de la alimentación, un porcentaje elevado pero que ha caído desde el 75,6 por ciento del año anterior. Además, disminuyó la tasa de éxito de los productos, pasando del 45 al 29 por ciento, comportamiento que tiene su origen, principalmente, en la mala distribución ponderada de la innovación. Y es que los consumidores sólo encuentran estos nuevos productos en una de cada cinco tiendas. “El problema es que algunas cadenas líderes apenas comercializan las innovaciones en sus lineales, aunque sean marcas que ya ofrecen en sus tiendas”, explicó el Presidente de Promarca, Ignacio Larracoechea.

Por su parte, la comercialización de productos de marca blanca se ha estancado durante el pasado año, un comportamiento que choca con la escasa tasa de compra de los nuevos productos de innovación que se han lanzado al mercado ya que esto debería incrementar la innovación en los productos. Estos son también los que aportan menor innovación a sus productos porque nueve de cada 10 innovaciones correspondieron a las marcas de fabricante, una cifra elevada pero que ha caído desde el 94,7 al 89,5 por ciento desde 2013.

El estudio recalca también un cambio de comportamiento en el consumidor, y es que aumenta el segmento de población que prefiere pagar más por determinados productos con mayor calidad. Es por ello que Valencoso no duda en afirmar que “es el momento ideal para volver a innovar con fuerza” ya que “estamos viviendo un entorno propicio” para innovar. “La innovación es el mecanismo esencial para el crecimiento del sector. Si no innovamos, el sector no puede desarrollarse y es el consumidor el que se verá más perjudicado”, añade Larracoechea.

Yasmina Pena