La Oficina Antifraude Europea recibió 1.417 denuncias de supuesto fraude en 2014

Finalizó 250 investigaciones con una duración media de 21 meses, el plazo más breve en 5 años

La Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) recibió el año pasado un total de 1.417 denuncias de supuesto fraude, el mayor número de quejas recibidas desde la creación de esta Oficina en 1999. Del total de alegaciones, el organismo europeo inició 234 pesquisas. La Oficina ha señalado que el pasado año finalizó 250 investigaciones con una duración media  de 21 meses, el plazo más breve en los últimos 5 años.

“La misión de la OLAF es detectar, investigar y detener el fraude con fondos de la UE. Nuestra labor tiene resultados concretos. Garantiza que el dinero de los contribuyentes se utilice para el fin al que estaba destinado, creando empleo y crecimiento en Europa», ha declarado hoy en una rueda de prensa el Director General, Giovanni Kessler. “Los resultados de nuestro trabajo de investigación en 2014 confirman la sólida actuación de la OLAF el año pasado. Nos hemos concentrado en aquellos casos en los que nuestra intervención es más necesaria y puede aportar un valor añadido: investigaciones complejas en asuntos relativos a fondos estructurales, aduanas, contrabando, comercio y ayuda exterior. Estos casos contribuirán a recuperar importes sustanciales del presupuesto de la UE” ha añadido.

Este organismo dictó 397 recomendaciones de actuación financiera, judicial, administrativa o disciplinaria, el mayor número en el último lustro. Entre éstas se encuentra la petición de recuperación de 901 millones de euros, que deben reintegrar progresivamente el presupuesto de la Unión y debe contribuir asimismo a financiar otros proyectos.

La Oficina Europea Antifraude también cerró acuerdos administrativos con diversas instituciones de la UE y otros socios como la Comisión Europea, el Servicio Europeo de Acción Exterior, el Banco Mundial, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la Oficina de servicios de supervisión interna de las Naciones Unidas y el Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria. Estos acuerdos permitirán a la OLAF contar con procedimientos de cooperación e intercambio de información con dichos organismos más ágiles, fluidos y transparentes, impulsando de este modo la actuación global contra el fraude y la corrupción que a menudo transcienden las fronteras nacionales.