La renta ‘per cápita’ de China se duplicará en los próximos 10 años

Se centrará en el consumo interno, que representa el 66% del crecimiento económico

Resulta paradójico que un país cuyo PIB crece a un ritmo del seis por ciento se encuentre estancado, pero hay una explicación para ello. El 66% del crecimiento económico del país se debe al consumo interno y la mejor forma para que la riqueza siga escalando la falda de la montaña es apostar por ello. La clase media del país tiene cada vez más dinero y compran más productos y de mayor calidad, llevando a que las fábricas continúen con su producción.

“La fuerza motriz para el crecimiento debe migrar a la demanda interna”, explicó el Embajador de la República Popular China en España, Lyu Fan, esta mañana durante la Asamblea del Instituto de la Empresa Familiar. Un crecimiento basado en la calidad y la industria tecnológica porque ésta última avanza a un ritmo más rápido que la general.

Este incremento de la riqueza de la población ya se ha comenzado a notar. Los ingresos per cápita han crecido un 7,7% en 2015, más de un punto por encima del ritmo al que lo hace la economía del país.

Y es que China se está reinventando, se centra en solucionar sus principales problemas. El más acusado y en el que se empieza a tomar cartas en el asunto es la neutralización del exceso de producción. En cinco años, el país ha reducido 150 millones de toneladas la producción de acero bruto y 500 millones de toneladas de carbón. La pregunta ahora recae en qué pasa con esos trabajadores que perdieron sus puestos de trabajo ante la reducción de la capacidad de producción. Pues bien, el Gobierno ha destinado 16.000 millones para formar a estos trabajadores y reubicarlos en otros sectores.

Reducir en una e invertir en otro, en este caso en innovación. Es uno de los objetivos del país asiático y lo hace con el fin de convertirse en uno de los más innovadores y fuertes del panorama mundial.

Apertura a nuevos mercados

La mentalidad china se ha abierto, explicó Fan, aunque no en todos los sectores. El capital extranjero podrá acceder a actividades como los servicios o productos bancarios. Por esta regla, España podría incrementar sus inversiones en el país asiático, que en 2015 crecieron 14 puntos porcentuales respecto al año anterior.

Y es que nuestro país cuenta con grandes ventajas para abrirse al mercado y allí encontrará una buena coyuntura para la exportación de productos de alta calidad.

Esta comercialización también tendrá repercusiones positivas en nuestro país. Los chinos son amantes de la calidad, un factor del que gozan los productos españoles. Durante el pasado año, 120 millones de chinos salieron del país y los que visitaron España dejaron 15.000 millones en las arcas públicas, de los cuales 13.000 millones se fueron en compras.

Por esta regla, China y España tienen aquí una buena oportunidad para hacer inversiones recíprocas, por lo que Fan anima a los empresarios a viajar a su país e invertir en él.

Entrar muy preparados

Así como aman la calidad de los productos son exigentes. El Embajador del país en España recomienda entrar en el país “muy bien preparados”, estudiar los reglamentos y las condiciones de las distintas zonas porque hay unas que necesitan más inversión que otras.

La cuantía también es un tema importante. “una inversión de 100 dólares es para ellos un volumen mínimo”, expresó Fan. Pero todo desembolso es poco si provoca un notable crecimiento y mejora en los dividendos de las sociedades.

Los mercados internacionales tienen que ajustarse al chino, pero este también a los demás. Es una relación recíproca porque el país asiático está “haciendo varios reajustes”. Se encuentra elaborando “una ley que abarque todos los aspectos referentes a las inversiones extranjeras”