Las cuentas de Montoro ganan la primera batalla en Bruselas

El Eurogrupo pide tiempo para analizar unos Presupuestos que no se modificarán

A los pies de los caballos se ha quedado el comisario europeo de Asuntos Económicos y Finanzas, Pierre Moscovici cuando su colega y superior, Valdis Dombrosvkis, vicepresidente para Asuntos Económicos de la Comisión Europea, afirmaba que el Ejecutivo «necesita más tiempo» para estudiar y «familiarizarse» con el plan presupuestario de España para el año próximo.  Así y tras el culebrón de declaraciones y desautorizaciones de unos y otros en un periodo de menos de 24 horas, las cuentas elaboradas por el departamento que dirige el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, ganan la primera batalla en Bruselas.

Sin aclarar las razones de este aplazamiento Dombrosvkis explicaba, en una rueda de prensa posterior a la reunión mantenida con los Comisarios europeos que «la decisión es cuestión de un par de días». Con este gesto el vicepresidente del Ejecutivo europeo daba un espaldarazo a su colega español el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, que a mediodía, también comparecía ante los medios para defender que España «va a cumplir» con los objetivos del 4,2 por ciento de déficit público para este año y que el procedimiento empleado es «perfectamente aceptable». Además, tal y como adelantó Diario Financiero el pasado viernes, el titular de Economía ha descartado cualquier ajuste en las cuentas antes de las elecciones del próximo 20 de diciembre. «Por supuesto», respondía ante la pregunta de si desechaba definitivamente la posibilidad de introducir enmiendas a los PGE en las dos semanas que restan hasta su aprobación definitiva en el Congreso.

A la buena marcha de la recaudación que crece, en términos de contabilidad nacional a un ritmo del 6,7 por ciento -cifra por encima de la prevista en las cuentas de este año- se añade «el ahorro de 6.000 millones de euros» en el gasto público y que «el objetivo de emisión de deuda se ha reducido de 55.000 millones de euros a 51.000 millones de euros «, ha explicado De Guindos, quien además no descarta que «de aquí a final de año se reduzca aún más».

Pero aún hay más, España cuenta con el apoyo del búnker alemán. Poco después de las 15:00 el ministro de Economía germano, Wolfgang Schäuble respaldaba los argumentos presentados por el Gobierno de España con los que se justifica el cumplimiento de los compromisos adquiridos con Bruselas. «Son buenos y sólidos» ha afirmado, para después apostillar que «hay que tener en cuenta la situación tan difícil de la que venía España».

Las previsiones juegan a favor

«Todas las agencias de rating acaban de corregir sus previsiones a favor de España», añadía Schäuble. La última Standard & Poor’s (S&P), que el pasado viernes elevaba la calificación de España de BBB a BBB+ con perspectiva estable para los próximos meses.

Por otro lado, y precisamente esta mañana el FMI (Fondo Monetario Internacional) reforzaba las noticias sobre la buena marcha de la economía española. España crecerá un 3,1 por ciento en 2015 -la economía que más crece entre los países avanzados y al mismo ritmo que la media global- y un 2,5 por ciento el año próximo, sólo superada por Estados Unidos.

No es la primera vez

Las divergencias entre las proyecciones de crecimiento entre el Estado español y la Unión Europea se están convirtiendo en una constante durante los últimos ejercicios. Ante la desconfianza y el pesimismo de Bruselas, España siempre ha cumplido. «Las divergencias son normales», ha afirmado Luis de Guindos, «es cierto que la Unión Europea considera que existe riesgo de no cumplimiento como lo hizo en los dos años anteriores».

En este sentido el titular de Economía ha explicado que otro factor que hay que tener en consideración es que la Comisión no actualiza sus proyecciones económicas hasta el próximo 5 de noviembre por lo que considera que la valoración de las cuentas de España debe realizarse en base a «una proyección autóctona». De Guindos ha aprovechado, ademas, para pedir que se desarrolle un «código de conducta» para el análisis presupuestario de los países de la Unión, así como para dar un sutil tirón de orejas a su homólogo francés Moscovici «la rueda de prensa ha sido más extensa de lo que fue dentro (en la reunión)».