Las prácticas, colaboración más común entre universidades y empresas españolas

Universidades y empresas trabajan de la mano para la inserción de jóvenes estudiantes en el mundo laboral. La movilidad laboral, es decir, períodos de prácticas y acuerdos para contratar a recién graduados, es la manera más habitual que se da entre universidades y empresas en España.

Otra de las colaboraciones importantes es en materia de I+D, principalmente entre las empresas de los sectores industrial y de nuevas tecnologías, según apunta el estudio “Nuevas formas de cooperación Universidad-Empresa” realizado por la Cámara de Comercio de España, a partir de una encuesta a empresas y asociaciones empresariales en el ámbito de la cooperación con universidades, dentro del proyecto europeo EMCOSU.

A la hora de contratar recién titulados o cubrir plazas de prácticas, el 57,6 por ciento de las empresas encuestadas dicen haber tenido un nivel elevado de cooperación con la universidad. Muchas empresas valoran de manera positiva este tipo de colaboración, por lo que es habitual que los estudiantes pasen a formar parte de la plantilla.

El sector servicios es donde esta práctica más se usa, un 60 por ciento de las empresas encuestadas, aunque se usa en todos los sectores. Casi el 50 por ciento de los encuestados, un 49,3 por ciento, confirman tener una relación con la universidad en materia de I+D, principalmente el sector industrial, un 66,7 por ciento, y el de nuevas tecnologías, un 52,6 por ciento de las empresas.

Las empresas participan también en actividades relativas al ámbito universitario, donde destaca la participación del staff técnico y directivo de la empresa en estudios, docencia y actividades de investigación o la colaboración con incubadoras para el desarrollo de nuevos negocio.

La actividad de cooperación entre la universidad y las empresas se ve potenciada por una serie de circunstancias que benefician a ambas, aunque también existen barreras como las diferencias entre las dos instituciones en cuanto a motivaciones y valores, o la burocracia.

Según el informe, las empresas consultadas piensan que en gran medida las universidades deberían modificar la forma en la que se plantea la cooperación estratégica con empresas, mejorar y aumentar las prácticas que hay en sus programas académicos, potenciar su orientación internacional y facilitar la puesta en valor de la investigación aplicada.

De acuerdo a la opinión de las empresas encuestadas, la cooperación universidad-empresa mejora la capacidad de innovación del tejido empresarial en su conjunto, las habilidades de los estudiantes que son relevantes para el mercado de trabajo o el desarrollo regional y la cohesión social. Con vistas al futuro, las encuestadas piensan que esta cooperación debería orientarse de modo preferente hacia la I+D y el impulso de los programas compartidos de prácticas y contrataciones de estudiantes en las empresas.