Las siete diferencias del nuevo ‘cuadro macro’

El Gobierno rebaja las previsiones de creación de empleo un 0,5 este año y un 0,7 en 2017 

Al Gobierno le crece la nariz y a España el déficit y la deuda. Por tercer año consecutivo el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, tendrá que acudir a Bruselas a pedir clemencia.

El incumplimiento de los objetivos de déficit pactados para el año pasado en ocho décimas más de lo previsto, del 4,2% al 5,0%, han tirado por tierra las previsiones del cuadro macroeconómico que el Gobierno presentó ante la Comisión Europea el pasado año. Así las cosas ayer por la mañana De Guindos comparecía en el Congreso de los Diputados para explicar el contenido del folio con los cuadros de «supuestos, previsiones y senda fiscal» que resumen la información «sustancial», que deberán evaluar los miembros de la Comisión antes de mediados de mayo.

En el apartado de previsiones el Ejecutivo se ha inyectado una dosis de realismo y la rebaja del PIB (Producto Interior Bruto) en dos décimas -del 2,9% al 2,7%- este año y seis décimas -del 3,0% al 2,4%- en 2017, vendrá marcada, a sangre, por otra rebaja, la del ritmo de creación de empleo.

El sonoro absoluto de 900.000 empleos a los que hacía referencia el titular de Economía en funciones esconde el frenazo en el aumento de nuevas contrataciones que finalmente será del 2,5%, es decir, cinco décimas inferior a las que se recogen el anterior cuadro (3%). Caída que continuará en 2017, ejercicio en el que la revisión es de siete décimas y pasa del 2,9% hasta el 2,2%.

Los datos apuntan una vez más la tesis de que la reducción de la tasa de paro, que también será menor 19,9% en 2016 (19,8 prevista) y del 17,9% en año próximo (17,7% prevista), no se debe principalmente a que se generen más puestos de trabajo, sino al abandono de muchos desempleados de las listas, bien porque se les acaba la prestación bien porque deciden hacer las maletas y buscar el sustento más allá de nuestras fronteras.

En la parte positiva del cuadro de previsiones, el incremento de la capacidad de financiación de la economía española, que se eleva seis décimas en cada ejercicio, hasta el 2,4% y el 2,2%, impulsado principalmente por el dinamismo de la demanda interna y la ganancia de competitividad de las exportaciones que crecerán a un ritmo en el entorno del 5%.

Ni con el ahorro del petróleo 

Entre otras diferencias a destacar del nuevo cuadro macro, llama la atención la relativa a los precios del petróleo. Si el año pasado el Gobierno estimaba que se gastaría 68,8 dólares por barril de Brent tanto en este como en el siguiente ejercicio, el nuevo cuadro recoge un ahorro de 29,1 y de 23,5 dólares por unidad respectivamente.

Sin embargo ésto no será suficiente para paliar los efectos de la desaceleración de la economía mundial, cuyas revisiones a la baja también se reflejan en el apartado de supuestos manejados por el Ejecutivo y en las que ponía el acento el ministro durante su comparecencia y a las que se suma el también «decepcionante y mediocre» crecimiento dela zona euro.

Otro parámetro que también se desvía, en esta ocasión al alza, ha sido el de los tipos de interés que pagará España por la deuda pública a largo plazo (10 años), que aumentan en seis y ocho décimas cada ejercicio, hasta el 1,7% y el 1,9%. Esto obligará a cambiar la estrategia del Gobierno y apostar en mayor medida por la deuda a corto para compensar, ya que según las previsiones ésta se rebajará tres y cuatro décimas respecto a lo estimado en el anterior plan y registrará un negativo del -0,3% en ambos ejercicios, que podrían dar un mordisco de dos décimas al déficit.

España cumplirá

Las revisiones no son óbice para mantener el compromiso con la estabilidad presupuestaria y el Gobierno ya ha puesto en marcha las medidas que, su condición «en funciones» le permiten.

Además de la reducción de un punto que se justificará por el ciclo económico, en su próxima visita a Bruselas De Guindos llevará por delante los 2.000 millones de euros de autocorrectivo -«no disponibilidad» en términos técnicos- que aprobaba el Consejo de Ministros el pasado viernes. Con ello se conseguirá menguar otras dos décimas. Por otra parte insistirá en que tal y como se recomendó a principios del pasado mes de marzo, España no ha dejado de ser un buen alumno y ha dado vía libre a la aplicación a las medidas coercitivas que se recogen en la Ley de Estabilidad Presupuestaria.

Así las cosas y a la espera de que Bruselas se pronuncie sobre si acepta o no el año de gracia en la senda de reducción del déficit, desde la AIReF (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal) han dado un espaldarazo a las previsiones presentadas por el titular de Economía en funciones y su presidente, José Luis Escrivá, ve «plausible», siempre y cuando se mantenga el «escenario razonable» de crecimiento económico del 2,7% y 3,4%, que sin medidas adicionales se cumplan los nuevos objetivos.

Pese a ello, durante un almuerzo informativo organizado por la APIE (Asociación de Periodistas de Información Económica) Escrivá insistió en que se necesitan nuevas medidas de consolidación y ha recomendado que, de cara al nuevo reparto de los objetivos de déficit, «no se ajuste todo en las comunidades autónomas».