Linde considera que el crecimiento económico «se ha moderado demasiado pronto»

Todavía existen problemas estructurales que no se han corregido tras los peores años de crisis

Luis María Linde, gobernador del Banco de España, ha lamentado este martes, en el contexto del XXIII Encuentro del Sector financiero, organizado por ABC y Deloitte, que España va a dejar de crecer en 2016, cuando todavía no se han corregido correctamente los desajustes acaecidos tras la crisis.

“Este menor crecimiento se va a producir cuando estamos todavía lejos de haber conseguido corregir suficientemente los graves desequilibrios que se acumularon en la expansión y en los primeros años de la crisis”, aclaraba en este sentido Linde, que continuaba asegurando que estos problemas se pueden reducir a cuatro apartados, como son “el mercado laboral; la consolidación fiscal y la evolución de la deuda pública; el endeudamiento privado y la dependencia de la financiación exterior; y la productividad”.

El empleo

De hecho, se espera que para 2016 y 2017  la tasa de ascenso se sitúe en el 2,7 y el 2,3 por ciento respectivamente, mientras la tasa de paro acabó 2015 en el 21 por ciento. Un valor que podría considerarse positivo si se tiene en cuenta que ha bajado seis puntos desde el máximo alcanzado a comienzos de 2013.

“Nuestro sistema laboral ha padecido tradicionalmente dos problemas graves y crónicos: primero, la falta de ajuste, en muchos casos, de las condiciones laborales y salariales de las empresas a sus particulares condiciones competitivas, técnicas y comerciales; y, segundo, la muy acusada dualidad entre condiciones del empleo temporal y condiciones del empleo que llamamos “indefinido”, aseguraba el gobernador en este sentido.

El endeudamiento público

Por otro lado, el déficit y la deuda pública son otros de los problemas más acuciantes para la economía y la recuperación española. Se sitúa próximo al cinco por ciento del PIB en el primero de los casos y en el 98,9 por ciento en el segundo.

“Un nivel elevado de deuda pública implica, incluso en contextos como el actual de tipos de interés bajos o muy bajos, un servicio de deuda con grandes pagos por intereses. Para compensar este gasto y alcanzar un equilibrio o un superávit total que permita contener y disminuir la deuda es preciso obtener superávits primarios significativos; pero esto puede afectar a la actividad y al empleo si, por ejemplo, la política fiscal comporta niveles de imposición o figuras impositivas que afecten negativamente al crecimiento, o menores niveles de gasto productivo”, expresaba Linde, preocupado sobre esta situación.

“Además, un nivel de deuda pública elevado reduce el margen de maniobra para que la política fiscal pueda ejercer un papel contra cíclico, una palanca particularmente valiosa en el seno de una unión monetaria, en la que no puede haber ajustes cambiarios respecto a los demás miembros de la unión”, concluía.

Otros retos

El elevado endeudamiento privado y la fuerte dependencia de la financiación exterior; junto a una mejora de la productividad son los dos objetivos y problemas a los que tiene que hacer frente la economía española en el futuro, según aseguraba el economista.

El directivo del BE opina que nuestro país aún no es lo suficientemente productivo: “a pesar de cierta mejora a partir de 2008, ligada a la desaparición de empresas poco productivas, España sigue presentando un crecimiento de la productividad significativamente inferior al promedio de las economías desarrolladas”.

Mientras tanto, ha destacado que “la deuda externa de la economía española se situó en torno al 93 por ciento del PIB a finales de 2015, muy por encima de lo observado en otros países en posición deudora en la zona del euro”.

Diario Financiero