Los consumidores siguen sin confiar en la economía

Continúa por debajo del umbral de los 100 puntos tras el máximo histórico de 2015

La positiva confianza del consumidor con la que se cerró el pasado 2015 ha dado paso a un fuerte descenso. Ya lo hizo en enero y se agudizó en el recién finalizado mes de febrero, en el cual cayó 9,3 puntos hasta situarse en los 95,2 puntos.

Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), este comportamiento a la baja tiene su razón de ser en la peor valoración del índice de expectativas, que cayó tres puntos, y en el retroceso de la situación actual, que lo hizo 4,7 puntos. Cifras que se agudizan agregando los resultados de los dos primeros meses del año, ya que cayeron 14 y ocho puntos respectivamente. Y empeoran también respecto al segundo mes de 2015 porque el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) retrocedió 3,8 puntos, una caída que se vio moderada por el aumento de dos puntos en la situación actual frente al descenso de 9,6 puntos de las expectativas.

Pero en la oscuridad sigue sin atisbarse un pequeño rayo de luz porque, en tasa mensual, caen todos los componentes. La valoración de la situación actual lo hizo 4,7 puntos como consecuencia de la bajada de 1,1 puntos en la valoración de la situación de trabajo, de 4,1 puntos en la evolución de los hogares y se agudiza hasta los 8,8 puntos en la percepción de la situación económica.

Lo mismo pasa con el índice de expectativas aunque al contrario que los demás, e incluso reduciéndose tres puntos, todavía supera el umbral de los 100 puntos y se sitúa en los 102,7. Al igual que sucede con el componente anterior, cae la situación de los hogares, que lo hace cuatro décimas, las expectativas sobre el empleo lo hace 3,8 puntos y sobre la situación económica general 4,8 puntos.

Siguiendo con la evolución de expectativas, aquellas en relación a los precios, los tipos de interés, la posibilidad de ahorro de los hogares y la compra de bienes duraderos muestran un comportamiento contradictorio con las pautas y los datos comentados hasta ahora. En términos mensuales se observa un pequeño repunte de 1,6 puntos en las expectativas de ahorro y de 1,1 puntos en el consumo de bienes duraderos después los descensos registrados en febrero. Sin embargo, estas caídas se mantienen en los temores de repunte de la inflación y la percepción de estabilidad en relación a los tipos de interés.

Un nuevo varapalo

Este descenso por segundo mes consecutivo es un nuevo varapalo para la economía y, en especial, para los autónomos. “La peor noticia para los autónomos, porque incide directamente en el consumo, así como para nuestra economía es que los consumidores pierdan la confianza. Estamos ante un nuevo varapalo a la economía y al empleo”, asegura Lorenzo Amor, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos, ATA.

Y es que el hecho de que el Índice de Confianza del Consumidor acumule dos meses a la baja y rebase cruce el umbral de los 100 puntos repercute directamente en el empleo y la economía general. Pero la solución a ello viene desde arriba. Según ATA, la inestabilidad política en la que se encuentra España comienza a mostrar sus consecuencias en muchos ámbitos económicos, por eso advierten de que el ritmo de crecimiento del empleo y la economía se verán resentidos en el caso de que tengamos que acudir a nuevas elecciones. El ritmo de creación de empleo se puede reducir a la mitad y el crecimiento del PIB se quedaría en torno al dos por ciento, en lugar de los tres puntos porcentuales previstos.