Los desarrollos inmobiliarios de Barajas y El Prat, los dos más importantes en España en los próximos 20 años, según Lucena (Aena)

El presidente de Aena, Maurici Lucena, destacó este miércoles que los desarrollos inmobiliarios de los aeropuertos de Madrid y Barcelona “son, sin ninguna duda, los dos más importantes que se producirán en España en los próximos 20 años”.

En una rueda de prensa para presentar el Plan Estratégico 2018-2021 de Aena, Lucena explicó que el plan “parte de la convicción de que es una gran compañía que en los próximos años debe consolidar su crecimiento y lanzar nuevas líneas de negocio”.

En cuanto a los planes inmobiliarios, apuntó que contemplan el desarrollo de actividad logística, acoger sedes de empresas, aspectos relacionados con el ocio y cadenas hoteleras.

Sobre las perspectivas de futuro, afirmó que Aena tiene un “contexto prometedor” en los próximos 20 años, ya que el tráfico aéreo global se multiplicará por dos.

A este respecto, señaló que Aena pretende hacerse con una parte importante de ese crecimiento gracias a la situación estratégica de España en las rutas entre Europa y América y a la futura expansión internacional. Asimismo, valoró la posición estratégica de España en el sector del turismo.

En relación con la expansión internacional, indicó que Aena contempla mantener sus posiciones en Luton, México y Colombia y buscar oportunidades donde pueda contar con posiciones de control. En concreto, explicó que trabaja en estos momentos en Brasil y Sofia.

Preguntado por el impacto del ‘Brexit’, mostró su esperanza de que “se alcance una solución satisfactoria para ambas partes porque un ‘Brexit’ desordenado es un escenario muy complejo que esperamos que no se produzca”.

En todo caso, se mostró convencido de que las aerolíneas no perderán sus derechos de vuelo “en ningún caso”, ya que en el peor escenario considera que se fijará una solución temporal que permita la transición a la nueva situación.

Pese a ello, admitió que el ‘Brexit’ puede impactar en Aena por tres aspectos. El primero, por los posibles cambios en los controles a los pasajeros; el segundo, por el efecto en la demanda de tráfico desde Reino Unido, y el tercero, por el efecto financiero de la devaluación de la libra por su participación en el aeropuerto de Luton.