Los sindicatos piden un Gobierno «sin parches»

Los sindicatos CCOO y UGT hicieron un llamamiento este miércoles con motivo del Primero de Mayo para que se conforme un gobierno de izquierdas sin “parches” y se produzcan “acuerdos de legislatura” para aplicar políticas progresistas que repartan la riqueza generada.

Así lo dijeron los secretarios generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, en su discurso en la Puerta del Sol en la que confluyó la marcha en Madrid por el Primero de Mayo, Día Internacional del Trabajo, y a la que acudieron miles de manifestantes.

Los sindicatos pusieron el acento este año en su discurso en pedir un gobierno progresista, después de que las elecciones generales las haya ganado el PSOE con 123 escaños.

Desde UGT, Álvarez dijo claro que “no queremos parches; con Rivera no, con Pablo Casado no, y con Vox ni a tomar una cerveza”, tras los gritos de asistentes clamando “con Rivera no”.

En esta misma línea, Sordo apuntó que “no se trata de poner cordones sanitarios, se trata de decir que esto de la geometría variable es seguir haciendo política a salto de mata” y añadió que “no se entendería otro viaje”.

CCOO y UGT pidieron “acuerdos de legislatura” de izquierdas para posibilitar el reparto de la riqueza y el impulso de una agenda social.

Apuntaron que uno de cada tres españoles tiene un salario próximo al Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y que la nómina más frecuente en España es de 1.200 euros mensuales. En esta línea, dijeron al Gobierno que en enero de 2020 el SMI tiene que subir a los 1.000 euros mensuales, y a la CEOE que debe cumplir con un salario mínimo en convenio de 1.000 euros.

Precisamente, a la patronal le pidieron que no haga de “lobby político” y juegue su papel como agente social.

El dirigente de UGT citó a los colectivos con más dificultades de inserción laboral, entre ellos, las personas con discapacidad, para pedir que se fomente su incorporación al mercado laboral y para exigir que las empresas cumplan con la cuota de reserva obligatoria para las personas con discapacidad.

Además, remarcaron que no van dejar de incidir en derogar las reformas laborales de 2010 y 2012 y que no aceptarán el “señuelo” de abordar la negociación de un nuevo Estatuto de los Trabajadores sin que se hayan derogado dichas normas. Consideraron que ahora “no hay excusas” para hacerlo, dado el resultado de las elecciones.

Del mismo modo, apostaron por derogar la reforma de pensiones de 2013, que “rompió los consensos sociales”. Sordo destacó que “el sistema público de pensiones es viable, es posible, tiene que ser público y de reparto” y Álvarez reclamó una “negociación abierta”.

CCOO y UGT pidieron otra política fiscal que garantice los servicios públicos y dejarse de “cuñadismos”, en referencia a la defensa del centro-derecha de que el dinero ha de estar en el bolsillo de los ciudadanos. Asimismo, pidieron que Bankia no se privatice y que haya una empresa pública de electricidad.

En sus discursos, los responsables sindicales dedicaron unas palabras a la situación en Venezuela para pedir que sean los venezolanos los que decidan su futuro. Álvarez consideró que “la bota de Trump no puede pisar Venezuela, ni un paso atrás”.

Este Primero de Mayo se celebró con el lema ‘La lucha continúa. Más derechos, más igualdad, más cohesión. Primero las personas’. En total, 75 manifestaciones se celebraron por todo el territorio nacional. La central tuvo lugar en Madrid, con una cabecera de la marcha protagonizada por los líderes sindicales y el ministro de Fomento en funciones y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos.

Durante la manifestación se pudieron leer pancartas que rezaban «Casado, Abascal y Rivera, dos novatos y un veleta, nos libramos de una y buena», «La banca corrupta al banquillo», «Las crisis reavivan los nacionalismos» o «Defender las pensiones es cosa de todos”.

Los manifestantes animaban el camino con gritos de “Que viva la lucha de la clase obrera” y portaban banderas sindicales, algunas de color morado en representación del movimiento feminista, y banderas republicanas. Algunas mujeres llevaban camisetas moradas y pañuelos con el 8 de marzo.

Los sindicatos recibieron el apoyo de otros políticos como el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias; de IU, Alberto Garzón, y del PSOE madrileño, Ángel Gabilondo y Pepu Hernández.