Artur Mas buscaba la mayoría absoluta y se verá forzado al pacto

Buscaba la mayoría absoluta y se verá forzado al pacto. Artur Mas deshizo ayer lo conquistado hace sólo dos años y catapultó a ERC hasta convertirla en la fuerza que tendrá la llave de la gobernabilidad de Cataluña. Los 50 diputados cosechados por CiU obligan a la federación nacionalista a buscar apoyos para formar el Ejecutivo. El partido liderado por Oriol Junqueras se postula como el único que cumple los requisitos necesarios: sumar los suficientes representantes para superar la frontera de los 68 parlamentarios, entre CIU y ERC sumarían 71,  y estar dispuesto a una alianza con Mas, tras su fracasada apuesta rupturista.

Se abre, por tanto, una etapa de inestabilidad en Convergència i Unió. El entorno de Artur Mas sólo había considerado crecer en estas elecciones, y los resultados de los comicios han puesto en evidencia que se ha quebrado algo más que el proyecto soberanista del líder. El propio Artur Mas ha reconocido que "los ciudadanos han decidido que CIU no tenga la fuerza suficiente para liderar el Gobierno y el propio proceso soberanista".

Las urnas también ahondaron la crisis de los socialistas catalanes. El principal referente de la izquierda catalana durante los últimos 30 años, por primera vez ha perdido la condición de segunda fuerza en favor de ERC, a la que ganan en 28.000 votos. Su candidato, Pere Navarro, pagó las consecuencias de los serios problemas que ha tenido para definir un proyecto alternativo al soberanismo de Artur Mas y a la recentralización del PP. Su apuesta por el federalismo no ha funcionado. Los socialistas catalanes perdieron seis de los 28 diputados que lograron en 2010 y este resultado era ya el peor de su historia. Lo único que puede contener, o al menos disimular, los problemas internos del PSC son las crisis que se puedan abrir ahora en Convergència i Unió.

Por su parte, el PP ha logrado sumar un diputado a los 18 que ya tenía, algo que es un buen resultado, pero no tanto como esperaban sus dirigentes. La candidata, Alicia Sánchez-Camacho, aspiraba a liderar la oposición. No lo ha conseguido. Tampoco ha capitaneado la oleada de voto anti-independentista, que ha favorecido mayoritariamente a Ciutadans. Los recortes de Mariano Rajoy, como los que pactó con Mas en Cataluña, pueden haberle impedido el crecimiento del PP y explican el voto al partido de Albert Rivera, que se presentaba con un programa de izquierdas. De hecho, el propio candidato a la Generalitat por Ciutadans, ha asegurado que "si Artur Mas no abandona por su propio pie, plantearemos la moción de censura en el próximo trimestre".

Con todo esto, Mas solo podrá apoyarse en ERC si no quiere abortar por completo su plan soberanista. El republicano Oriol Junqueras fue el gran triunfador de la noche, al colocarse como jefe de la oposición y, quién sabe, si como socio de Artur Mas. Aunque de momento, el candidato de ERC ha asegurado que su partido "no ha manifestado su voluntad de entrar en el Gobierno"

En cuanto a Iniciativa-Esquerra Unida, no ha podido capitalizar todo el descontento de los ciudadanos contra los recortes de Artur Mas. Pese a ser el partido que ha abanderado las protestas en el ámbito social y educativo, los ecosocialistas solo lograron sumar tres escaños a los 10 que consiguieron en 2010. El partido de Joan Herrera podía apoyar sin riesgo de fracturas el proceso de Mas para convocar un referéndum, pero en ningún caso sus políticas de gobierno en lo económico y lo social. Con los resultados obtenidos por Mas, difícilmente hallará ahora apoyo alguno en las filas ecosocialistas, que ven al presidente catalán profundamente desgastado.