La CE propone medidas para «minimizar el impacto» de las reestructuraciones

La Comisión Europea (CE) ha propuesto hoy un conjunto de recomendaciones, con el objetivo de minimizar el impacto laboral y social de las reestructuraciones de empresas y entes públicos. Entre estas destacan la realización de análisis continuados de las necesidades laborales o facilitar la reinserción de los despedidos.

El marco ofrece "orientaciones" para las empresas, trabajadores, sindicatos y entes de administración pública, con vistas a "facilitar los procesos de reestructuración" mediante "una mejor anticipación" y "la inversión en capital humano".

En particular, el documento recomienda medidas como la supervisión estratégica a largo plazo de los desarrollos del mercado laboral, o un análisis continuado de las necesidades laborales de los empleadores. También se aconseja facilitar la formación continua de los trabajadores, así como los servicios de asesoría para la reorientación profesional.

El documento llama a una mayor implicación en estos procesos de aquellos de organismos externos a los empleadores pero que pueden aportar conocimientos y experiencia y, en concreto, de las universidades, centros de formación o autoridades públicas. Para financiar este tipo de medidas, los Estados miembros pueden hacer pleno uso de ayudas europeas como el Fondo Social Europeo (FSE) y el Fondo de Adaptación a la Globalización (FEAG), recordó la CE.

El comisario europeo de Empleo y Asuntos Sociales, Laszlo Andor, destacó en un comunicado la necesidad de garantizar que las reestructuraciones se gestionan de forma responsable para minimizar el coste social, en el actual contexto de crisis económica.

La Comisión pidió a los Estados miembros que "consideren" su aplicación a los trabajadores del sector público, y llamó a todos los actores implicados a cooperar en la puesta en marcha de las recomendaciones.

Los cierres y reestructuraciones de empresas se han intensificado con motivo de la crisis económica, como reflejan los 250 casos de este tipo registrados en la UE en el tercer trimestre del año, que supusieron la pérdida de 57.081 puestos de trabajo, según datos del Observatorio Europeo de las Reestructuraciones (ORM, de sus siglas en inglés)