Compás de espera en la Unión Europea

Los mercados financieros europeos inician una semana decisiva para el futuro del euro, en la que los dirigentes de la UE deben ultimar acuerdos para frenar la crisis de deuda soberana… Unos últimos retoques que llegarán, al parecer, el próximo miércoles, en esa nueva cumbre de dirigentes de la UE prevista para entonces y para la que se han marcado las directrices a seguir en la de este domingo. De entre las conclusiones que se extraen de ese primer encuentro, una bastante favorable para España: ya no estamos en la primera línea de contagio, según el francés Nicolas Sarkozy…

El presidente francés ha asegurado que “gracias al esfuerzo del presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y al sentido de la responsabilidad del líder de la oposición, Mariano Rajoy, España no esta en primera línea de la crisis. Sarkozy ha elogiado también los esfuerzos de ajuste de Portugal e Irlanda. Más duro ha sido con Italia. En una reunión paralela mantenida con Merkel, ambos han exigido al primer ministro Silvio Berlusconi, que sea consciente de su responsabilidad, y que adopte decisiones nuevas para reducir el déficit italiano. La canciller alemana, además, ha insistido en que la crisis europea se viene arrastrando desde hace 20 años. Por ello, los líderes europeos se han mostrado favorables a estudiar una reforma limitada de los tratados, para mejorar el funcionamiento de la zona euro y aumentar la disciplina fiscal.

En esa cumbre, Angela Merkel ha sido mas concreta, al señalar la necesidad de instaurar “mecanismos de control para los países de la zona euro”. Entre tanto, el Consejo Europeo ha encargado a su presidente, Herman Van Rompuy, que presente un informe en la cumbre comunitaria de diciembre próximo…

Los líderes de la zona euro han logrado algunos avances sobre el futuro mecanismo de rescate que permita un aumento de capacidades de préstamos del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, sin llegar a una conclusión definitiva. El compromiso que se perfila seria una mezcla de las dos posiciones, francesa y alemana. El objetivo final es, sobre todo, multiplicar los 440.000 millones de euros del fondo, y así aumentar su capacidad de ayuda a los países más próximos al contagio, como Italia y España. Alemania y el BCE rechazan una transformación del Fondo de Estabilidad en banco, pues esto le permitiría pedir préstamos al Banco Central y multiplicar su capacidad. Francia al contrario defiende esa opción.