De lo que se trata, sobre todo, es conseguir que una vez abiertas las oficinas bancarias no haya una fuga de capitales de la isla. Para ello se van a imponer restricciones a la libre circulación de dinero, que tendrá un carácter temporal y se hará de forma gradual. Al menos es lo que ha explicado el Presidente Anastasiadis, quien ha garantizado que se van a garantizar las pensiones de los ciudadanos.
Anastasiadis también ha destacado que esta crisis puede ser una oportunidad y ja pedido a sus ciudadanos coraje, ánimo y fuerza para salir adelante. Y es que el propio presidente se ha mostrado convencido en que Chipre tendrá que cambiar su modelo productivo, basado hasta ahora en una gran bancarización y en el turismo. Además, ha anunciado que el Gobierno va a poner en marcha una investigación para encontrar a los culpables de lo ocurrido.