En el texto, se pide más concreción. Ambos gobernantes urgen a que en septiembre esté lista la unión bancaria. Se trata, dicen, de un paso más en aras a instaurar confianza en el riesgo país. De hecho los dos coinciden en que los elevados tipos de interés que paga España "no reflejan los fundamentos de la economía española, su potencial de crecimiento y la sostenibilidad de su deuda pública".

Además, en un año, debería de estar listo -según ambos- el mecanismo integral de supervisión para los bancos de la zona euro. En concreto, sería el Banco Central Europeo el nuevo halcón de los bancos centrales que le cederían esta competencia.

Además, explican, este mecanismo abrirá la vía a recapitalizaciones directas, eso sí con condiciones, lo que se traduce en que el fondo de rescate inyecte dinero directamente a los bancos, sin pasar por el Estado, una petición que España lleva pidiendo desde el comienzo del rescate.