Este aumento de la inflación, esperado pero mayor de lo previsto, ha interrumpido por el momento la trayectoria a la baja de la inflación, y se ha debido a la desaparición de un efecto escalón a la baja de los productos energéticos, al notable e imprevisto encarecimiento de algunos alimentos frescos y, en menor medida, de algunos servicios.
El aumento de precios en estos grupos obliga a revisar ligeramente al alza las previsiones de inflación para el resto del año, situando la tasa de inflación para diciembre de 2013 en un 1,1%, aunque puede moverse entre el 0,8% y el 1,4% dependiendo de la evolución del precio del petróleo.
La previsión para diciembre de 2014 es del 1,4%, con un rango de entre el 0,9% y el 2%.