Es el caso de Suecia que no participará en el supervisor bancario único porque creen que el mecanismo “no garantiza la igualdad de trato a los países de fuera del euro”. No votarán a favor pero tampoco vetará el acuerdo aunque para ello, el ministro de Finanzas sueco, Anders Borg, pone una condición: que se salvaguarden los intereses de sus bancos.

El otro gran obstáculo de la reunión extraordinaria lo representa Alemania que quiere que las entidades con activos inferiores a 50.000 millones de euros se queden fuera, además exige que se delimite claramente la política monetaria de la supervisión.

A pesar de este escenario, el Ministro de Economía español, Luis de Guindos, sigue siendo optimistas y espera que esta noche se llegue a un acuerdo aunque reconoce que quedan flecos sueltos como “el tamaño de los bancos a supervisar" y "las fechas de entrada en vigor". El objetivo es que el acuerdo este listo mañana jueves para que el Consejo Europeo lo pueda ratificar, “es el mandato que tenemos de los jefes de Estado”, ha dicho De Guindos.