La necesidad de reconocer la evidencia

La archiconocida tragedia griega amenaza con convertirse en la pesadilla de la zona Euro. Pese a los múltiples esfuerzos de la Unión Europea y el Fondo Monetario para que Grecia reduzca sus números rojos, su Gobierno se rinde ante la evidencia: las previsiones de reducción del déficit no se van a cumplir, y este año cerrarán con un 8,5% del PIB, un punto más de lo estimado. Y para el año que viene, más de lo mismo. Unos datos que no son si no la constatación de lo que ya se sabía: Grecia no puede cumplir con unos planes de ajuste que la ahogan en la reducción del gasto, e impiden su crecimiento.
Con estos mimbres se reúnen este lunes los ministros de Finzanzas de la zona Euro, en donde van a estudiar el grado de cumplimiento de adelgazamiento, en vísperas de desbloquear otros 8.000 millones de euros del plan de rescate… Un nuevo trámite con el que intentar ocultar lo que parece a todas luces evidente: la quiebra helena está cada vez más cerca, e intentar alargar el proceso sólo puede empeorar la situación.
Eso sí, como todo moribundo, el gobierno que lidera Papandréu intenta dar brazadas cada vez más desesperadas. La última, un plan de reducción de funcionarios, que llevará a 30.000 persona a la reserva a la espera de poder ser despedidas. Todo vale para cumplir con la troika, aun a sabiendas de que los mercados descuentan ya una quita del 50%.