Estas nuevas medidas anunciadas por el Gobierno de Passos Coelho van a suponer medio punto porcentual del Producto Interior Bruto portugués y van afectar al gasto público en partidas como la educación, la sanidad y la seguridad social. No obstante, el importe exacto de cada partida está todavía por "concretar" y exponer a la oposición, los empresarios y los sindicatos. Unos colectivos que, en su mayoría rechazan la austeridad.

Además, este recorte de 800 millones va a permitir al país luso recibir el siguientr tramo de su rescate financiero así como contar con un plazo más amplio para devolver los préstamos de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional. Y todo ello después de que una sentencia del Tribunal Constitucional anulara otros anuncios de austeridad que suponían un recorte de 1.300 millones de euros.