El problema es la banca

 

Grecia es la cabeza visible de la crisis de la deuda en Europa. Sin embargo, el verdadero problema no es su economía. El quid del asunto radica en la exposición y la deuda del sector financiero, tal y como estamos comprobando con la entidad belga Dexia. Pese a contar -según los famosos test de estrés con una solvencia del 10%- el banco está al borde de la quiebra por segunda vez desde 2008. Y en esta ocasión su salvavidas puede complicarse.

 

Lo más rápido sería que los gobiernos de Bélgica y Francia pusieran ventilación asistida a golpe de talonario, pero no parece que el Ejecutivo de Sarkozy quiera arriesgar su calificación crediticia. Así que las opciones son muchas: la venta de negocios, creación de un banco malo o, incluso, la propia quiebra de la entidad.

 

Complicada solución para una entidad que no puede financiarse por el cerrojazo al crédito que hay en el viejo continente, lo que empieza a hacer pensar que en breve será necesario recapitalizar un sector que se puede llevar consigo más de 100.000 millones de euros de un plumazo.